CUANDO LOS PARRAGUESES FUERON A VER A FEDERICO GARCIA LORCA A CANGAS

POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)

Federico García Lorca.

La relación de Federico García Lorca con Asturias se remonta a la época de la Residencia de Estudiantes, donde mantuvo una buena amistad con el musicólogo, compositor, concertista y organista de la catedral de Oviedo Eduardo Martínez Torner.

Éste último fue becado en 1916 por la Diputación de Asturias para cursar sus estudios en Madrid, allí se alojó en la citada Residencia y coincidió con Lorca y otros notables personajes de la época como Luis Buñuel, Salvador Dalí, Rafael Alberti, Jorge Guillén, Severo Ochoa, Unamuno y otros muchos que fueron la flor y nata de la intelectualidad del siglo XX español. Lorca era muy aficionado a recoger todo tipo de datos etnográficos de las diferentes regiones españolas, especialmente cantos y poemas.

GRUPO UNIVERSITARIO DE ‘LA BARRACA’.

Eduardo Martínez Torner (Oviedo 1888 – Londres 1955) recopiló el cancionero de Asturias e intercambió con Lorca información sobre el mismo. Federico García Lorca, en una de sus visitas a nuestra región, pronunció una conferencia en el Ateneo Obrero de Oviedo el 14 de diciembre de 1930; en ella trató sobre “La arquitectura del cante jondo”. Solía citar con frecuencia la música popular asturiana y, concretamente, sus nanas. En la villa de Grado conoció a Pedro Meleiro, personaje que “llevaba la gaita colgada de un palo”, quien le puso al tanto de las más populares nanas de la región. Grado fue la primera localidad asturiana en la que actuó “La Barraca”. José Antonio Mases (Cabranes 1929), escritor con una amplísima obra literaria y numerosos premios, recoge en su obra en tres tomos “Asturias vista por viajeros, románticos extranjeros y otros visitantes y cronistas famosos. Siglos XV al XX”, una “añada” asturiana que se cantaba en Trubia y de la que Lorca se hizo eco. Dice así: “Crióme mi madre feliz y contentu; cuando me dormía me iba diciendo: ea,ea,ea. tú has de ser marqués conde o caballeru; y por mi desgracia yo aprendí a goxeru, ea,ea,ea. Facía los goxos en mes de xineru y por el verano cobraba el dinero. aquí está la vida del pobre goxeru. (¡Si mió pobre madre volviés abri´l güeyu!)”. Toda una lección de desengaño y desilusión, con una actividad y dedicación -tan lejana a la imaginada por su madre-, como era la de hacer cestos y maconas.

Federico García Lorca estuvo en Cangas de Onís el 6 de septiembre de 1932 con el grupo de jóvenes universitarios de “La Barraca” y fue recorriendo muchos pueblos y villas con sus obras de teatro, trataba de dar a conocer estas obras a gentes sencillas que nunca habían asistido a ninguna; el animoso grupo estaba financiado por el Ministerio de Instrucción Pública de la Segunda República.

GRUPO UNIVERSITARIO TEATRAL DE LA BARRACA.

Lorca escribió: “El teatro es una escuela de llanto y de risa, un foro libre, donde los hombres pueden cuestionar las normas que están fuera de moda o equivocadas y explicar con ejemplos vivos normas eternas de los del corazón humano”.

En Cangas de Onís, al lado de la Escuela de Trabajo recién estrenada –donde hoy está el Instituto- se representaron tres entremeses de Cervantes. Los entremeses -después llamados sainetes- eran obras dramáticas jocosas en un solo acto. Grado, Avilés, Oviedo, Gijón y Cangas de Onís fueron las localidades que acogieron las obras del grupo teatral “La Barraca”. Ataviados con monos azules ellos y con vestidos de cuellos redondos blancos ellas -entre las que se encontraba su hermana Isabel-, llegaron en una camioneta, levantaron el tablado e instalaron los decorados para representar “La Guarda Cuidadosa”, “Los Habladores” y “La Cueva de Salamanca”. Su logotipo, marca o distintivo era un rostro y una careta sobre una rueda. El aforo se completó con vecinos de Cangas, Parres y alrededores y -como recogieron los periódicos “La Voz de Asturias” y el semanario cangués “El Popular”- el grupo recibió muy sentidas ovaciones y parabienes.

Parece que Lorca y su grupo teatral eligieron Cangas por la amistad que unía al poeta con el arquitecto Emilio Antonio Capitel-Pérez, pues ambos también habían coincidido en la ya mencionada y prestigiosa Residencia de Estudiantes. En esas mismas fechas Capitel era profesor de dibujo en la Escuela de Trabajo de la ciudad de Cangas de Onís, título éste de ciudad concedido por Alfonso XIII veinticinco años antes, en 1907. El grupo teatral se hospedó en el desaparecido Hotel Santa Cruz y aprovechó ese mismo día para visitar Covadonga y Los Lagos. Puede que fuesen en su camioneta o en el tranvía que, desde Arriondas, llegaba al santuario (el mismo en que varios parragueses fueron a ver sus obras de teatro a Cangas), tranvía al que le quedaba menos de un año de funcionamiento.

Al día siguiente Lorca y su Compañía de La Barraca partieron hacia Santander.

También al poeta, dramaturgo y prosista Federico le quedaba poco tiempo de vida, puesto que el 19 de agosto de 1936, con treinta y ocho años de edad, fue ejecutado y sus restos -junto con los de un maestro y dos banderilleros- permanecen en una fosa común en algún lugar del camino que va de Víznar a Alfacar, en Granada.

Ser intelectual, republicano y homosexual resultaba demasiado “provocador” para ciertas fuerzas, grupos y poderes conservadores de aquella España terrible en la que la Guerra Civil acababa de estallar.

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