EL CRONISTA DEL PARAÍSO

POR FERMÍN DE LOS REYES GÓMEZ

Eduardo Juárez Valero, cronista oficial del Real Sitio de San Ildefonso (Segovia).

Amanecen los domingos con la grata crónica que publica en El Adelantado Eduardo Juárez Valero, Cronista del Real Sitio, esto es, del Paraíso, como así lo llama y por eso ha creado autoridad. Este granjeño grandullón con aspecto de sajón me saca de mi letargo y de mis libros y me transporta, cada semana, a esa preciosa zona segoviana repleta de historia, pero, sobre todo, de historias, de esas a veces pequeñas historias de los archivos, que tan bien escudriña, y de esas otras personales, coetáneas y del pasado.

Una pléyade de nombres propios pulula en sus crónicas dominicales, desde el señor Bellete, compañero de fatigas a la busca de bares por esos pinares de Dios (sin éxito, o al menos eso dice) hasta los monarcas que por el Paraíso han reposado (o no). Nombres de gente con la que se ha topado, y se topa a diario, este Cronista locuaz, personas de un pasado reciente que pervive en la memoria colectiva de tan regia población. Sus crónicas, fluidas y con un estilo tan atractivo como las historias que narra, me llevan a un lugar que conozco poco, sobre todo porque por mis pecados no he accedido al Paraíso (ni creo que pueda hacerlo), pero me hacen comprender que esas personas anónimas para tantos, han tenido, y tienen, tanta importancia para la vida de una población, como las más relevantes. En un mundo que se suele fijar en estas últimas, a veces desde una visión aduladora, las crónicas de Eduardo nos hacen reflexionar sobre la importancia de la vida cotidiana, de esas personas que forman parte de los recuerdos de nuestra infancia, de esas personas que están a nuestro alrededor y no existen para los documentos de esos archivos en los que a veces hemos coincidido.

Estas crónicas reales, que no reales crónicas, fijan la historia del Paraíso de una manera atractiva y evocadora, aunque también me trasladan a mi crónica particular, llevándome a recuerdos de tantas personas con las que me he topado. Solemos prestar más atención a la gente que nos hace daño, a los mediocres e indignos que también pasan por nuestras vidas, unas veces de forma cercana, otras de refilón, pero bien es cierto que son muchas más las que merecen la pena, las que nos aportan algo, o mucho, las que en su discreción nos llevan en volandas por una existencia plagada de buenos momentos, como ocurre con el brillante Cronista del Paraíso. No es precisamente Eduardo discreto, pues su presencia llama la atención allá donde esté, pues a su corpulencia se suma ese torrente de voz tan acostumbrado a mostrar su sabiduría a tantos alumnos de tantas universidades, pues es pródigo en su trabajo en los archivos y en la docencia. También se prodiga en esa forma de divulgar la historia, que hace que parezca un relato al lado del fuego, dignificando esta disciplina tan necesitada de gente que, como Eduardo, la acerque con calidad y de forma atractiva.

Este enérgico “disfrutón” y catacaldos, como así le describe su hasta ahora alcalde, José Luis Vázquez, este erudito madridista (lo demás es incompatible) tan próximo, emprendedor empedernido y arrollador, gran investigador y docente, en definitiva, hace las delicias de quienes tenemos la oportunidad de leerle, pero, sobre todo, de conocerle. Con él me encontré, ya lo ha publicado, en el Archivo de la Casa Ducal de Alburquerque, de Cuéllar, en el torreón donde impera la ilustre Julia Montalvillo, que fue testigo del inicio de una relación fructífera en lo personal y en lo profesional que espero continúe, pues aún nos debemos vinos y comidas, además de largas y amenas conversaciones, repletas de tacos, en el Paraíso, en Aguilafuente, Getafe, Madrid e incluso Segovia, pues muchos son los lugares que compartimos.

En definitiva, envidio al Paraíso por contar con un cronista así, que consigue que, semana tras semana, los granjeños, e incluso los que no lo somos, se sientan orgullosos de su tierra, de su presente y de su pasado. Muchas gracias, Eduardo, por todo ello.

Fuente: http://www.eladelantado.com/

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