COLUNGA, «EL GUERNICA ASTURIANO» • LOS HISTORIADORES PABLO M. CORRAL Y PABLO ALCÁNTARA DESTACAN QUE LA VILLA FUE UNA DE LAS MÁS CASTIGADAS DE ASTURIAS EN LA GUERRA CIVIL EN 1937

“SE PERCIBE CÓMO QUEDÓ DERRUIDO, CON LAS TERRAZAS AL AIRE. LOS ESPECTACULARES MIRADORES SE QUEDARON AL AIRE», REMARCÓ EL CRONISTA OFICIAL JOSÉ ANTONIO FIDALGO

Foto aérea -hasta ahora inédita- tomada por la Legión Cóndor del aeródromo republicano de Sales (Colunga), previa al bombardeo.

Vecinos, ante unas casas derruidas en Colunga por bombardeos en 1937.

Asturias estaba aislada en plena Guerra Civil. Las comunidades más próximas estaban en manos de los franquistas ya en 1937. Fue entonces cuando ya constituido el Consejo Soberano de Asturias y León comenzaron los bombardeos de las tropas franquistas sobre la región. Los aviones nacionales bombardearon varios núcleos de población de la región, incluyendo Gijón y Avilés. Sin embargo, se cebaron con el oriente asturiano, donde destacan las operaciones contra Cangas de Onís y, sobre todo, contra Colunga y Llanes, en estas dos últimas por contar con aeródromos republicanos. La Legión Cóndor atacó con garra la capital colunguesa, principalmente porque a pocos kilómetros se hallaba el aeródromo de Sales. Las bombas caídas devastaron varias partes de la villa, lo que a los historiadores y especialistas en memoria histórica Pablo Martínez Corral y Pablo Alcántara les vale para rebautizar a Colunga como «el Guernica asturiano», por las consecuencias en la villa oriental asturiana.

Casas derruidas en Colunga en 1937.

Solo el 7 de octubre de 1937, dieciséis aviones bombardean la capital colunguesa y el campo de aviación de Sales, que queda inutilizado. Ese bombardeo no fue el único, ya que desde el mes de agosto de ese año, la acción aérea del Ejército sublevado es casi constante, dejando decenas de muertos. El 13 de septiembre, una escuadrilla de aviones Heinkel 111 «hace estragos en la villa», continúan Martínez Corral y Alcántara. Dieciséis días más tarde, el 29 de septiembre, Colunga es sometida de nuevo a intensos bombardeos. Los incendios se suceden y varios edificios emblemáticos de la ciudad son pasto de las llamas.

Uno de los inmuebles más castigados en la capital colunguesa es el conocido como la casa de los Pablos, una obra neomodernista realizada por el reconocido arquitecto Manuel Busto, cuya inauguración fue datada en 1911.

La casa de los Pablos, en Colunga, en 1937.

A día de hoy, el edificio mantiene un aspecto similar al estado en el que quedó tras los bombardeos, sobre todo en las dos torretas derrumbadas que se aprecian en el edificio, situado en la carretera nacional 632 a su paso por la capital del concejo. «Se percibe cómo quedó derruido, con las terrazas al aire. Los espectaculares miradores se quedaron al aire», remarcó el cronista oficial de Colunga, José Antonio Fidalgo. La parte de abajo del inmueble fue reconstruida entre los años cincuenta y sesenta del pasado siglo, añadió el cronista colungués. «Actualmente, hay viviendas y una sucursal bancaria en la parte baja del edificio, que en su momento había sido una casa comercial y un hostal», abundó Fidalgo.

Los bombardeos causaron estragos en buena parte de la villa colunguesa. Ocasionaron cuantiosos daños en la Casa Consistorial y hubo zonas «en las que se vino todo abajo», según manifestó Fidalgo. «Uno de los lugares más afectados es lo que hoy conocemos como la plaza del Monumento, donde antes había viviendas», detalló el cronista oficial de Colunga.

«En octubre -el frente asturiano cayó el día 21-, y ya con la inminente caída, es sometida de nuevo a intensos bombardeos con los famosos Dornier, apodados ‘los lápices’. La villa de Colunga es incendiada y semidestruida», concluyeron Martínez Corral y Alcántara. Los Dornier eran unos bombarderos ligeros y muy rápidos y fueron utilizados principalmente en la Segunda Guerra Mundial por el Ejército nazi.

Fuente: https://www.lne.es/ – Illán García

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