EL AÑO HIDROLÓGICO 2018-2019 EN NAVALMORAL DE LA MATA

POR DOMINGO QUIJADA GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES)

Para diferenciarlo del año astronómico, o “natural”, en España recibe este nombre el período comprendido entre el 1 de octubre de un año y el 30 de septiembre del siguiente (y señalo a nuestro país porque difiere de unos otros según la latitud, longitud, continentalidad, etc.).

Y, como su calificativo indica, se refiere sólo a los registros pluviométricos (por algo se denomina “hidrológico”).

Según podemos recordar (por si acaso, se lo vuelvo a mostrar: 102’4 litros en octubre y 116’5 litros en noviembre), tras ese tardío pero buen otoño –lo que salvó diversos elementos agropecuarios– el invierno fue penoso en cuanto a lluvias se refiere (en los tres meses invernales sólo registramos 78 litros por metro cuadrado, cuando lo habitual es que caigan 211…), puesto que es en esa época cuando se colmatan de agua los suelos, recargando los acuíferos y capas freáticas del subsuelo, fundamentales para el resto del año (incluyendo a manantiales, ríos, embalses, lagos, lagunas, etc.).

A veces sucede algo similar, pero una húmeda primavera subsana las carencias invernales. Sin embargo, a pesar de las generosas precipitaciones de abril (93’1 litros) fueron insuficientes para recargar el déficit acumulado: como sucedió en el otoño, para lo único que sirvieron fue para “salvar” los pastos y las escasas cosechas que en nuestro entorno se cultivan.

Si cotejamos lo que suele llover en un año “normal” (639’2 litros por metro cuadrado) con lo que se precipitó en el pasado año hidrológico (478’1 litros), la diferencia fue muy elevada = 161’1 litros por metro cuadrado. A simple vista no parece alarmante pero, aplicando una simple operación matemática y sólo en el término de Navalmoral, obtenemos que 161’1 por 16.000 hectáreas con que cuenta el término municipal (cada una tiene 10.000 metros cuadrado, como muchos recordarán), las carencias en el Año Hidrológico que acabamos de finalizar han sido de 25.7761000.000 litros (para que nos entendamos, y haciendo la “cuenta la vieja”: más de 8 veces la capacidad que tiene la Presa de las Veguillas, de la que nos abastecemos). Así están los campos: más secos que una “mojama”…

Éste fue el motivo de que ya en la pasada primavera, sabiendo que por aquí las “gotas frías” son escasas e insignificantes, avisara acerca de la necesidad de no dilapidar el necesario líquido elemento…

Lo que vuelvo a reiterar, porque NO DIVISO BORRASCAS NI EN PINTURA. Ni siquiera el huracanillo “Lorenzo”, que se aleja hacia las islas británicas. Regresamos, pues, a la situación de hace dos años. Y, como estará alguien con la “caña” preparada para manifestar que son cosas del mediático “cambio climático”, les informo que tengo anotados numerosos años similares: 1974, 1981, 1982, 1985, 1989, 1995, 1998, 2000, 2011… Así como de décadas y siglos pasados. Es decir, las reiteradas ANOMALÍAS CLIMÁTICAS (ustedes son muy libres de pensar y opinar como quieran…).

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