LA OLVIDADA FIGURA DE VICENTE MEDINA RAMÍREZ Y LOS EXTRAÑOS Y ENIGMÁTICOS GRABADOS DE LA FACHADA DE SU CASA

POR RAFAEL SÁNCHEZ VALERÓN, CRONISTA OFICIAL DE INGENIO (CANARIAS)

Casa de Vicente Medina.

Apuntes familiares

Fue Vicente Medina Ramírez uno de los más influyentes a la vez que potentado personaje “del Ingenio” en el segundo tercio del siglo XIX. Su figura merece un especial reconocimiento en el devenir histórico de la localidad, de la que solo se conocen algunas referencias aisladas de su trayectoria personal y social, y sobre todo por su acusada personalidad y la singularidad de sus actuaciones. Nacido el 4 de junio de 1814, fueron sus padres Pedro Medina Sánchez Maldonado y Ana Ramírez Xuárez. Sus dos abuelos Felipe de Medina y José Ramírez, con graduación de oficiales de las Milicias Provinciales de Canarias en el Regimiento de Telde, destacaron en la vida social y política en la etapa de la transición de Ingenio como entidad jurisdiccional propia al segregarse de lo que fue el señorío Episcopal de Agüimes, siendo su abuelo paterno José Ramírez Xuárez, primer Alcalde Real de la nueva jurisdicción en 1816. Padrino de su bautismo fue el no menos famoso Juan Xuárez Alvarado (Capitán Juárez), héroe en la Guerra de la Independencia, hermano de su abuela materna. Su madre murió víctima de la epidemia de cólera morbo en 1851. Tuvo once hermanos: María, Pedro, Isabel, Anastasia, Juana, José, Tomasa, Felipe, Agustina, Juan y Francisco. Su primo Dámaso Medina Zapata, afincado en Las Palmas destacó como pintor de cierto renombre; uno de sus cuadros se expone en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Buen Suceso de Carrizal. En los últimos siete años de su vida pasó por el terrible calvario de una larga enfermedad, falleciendo el 11 de octubre de 1861, sin haber contraído matrimonio. Se le practicó funeral de “todo aparato”. En su partida de defunción que se conserva en el Archivo Parroquial de Ingenio se especifica: “recibió sólo el Santo Óleo por descuido”.

Balconada trasera.

Portalón trasero.

Polifacético personaje.

Su estancia durante un tiempo en el Seminario Conciliar, después de una preparación previa en filosofía por parte del párroco local José Rafael Pérez Marrero, marca su preparación académica, si bien, se le puede considerar como autodidacta de sus múltiples conocimientos. Fue su principal actividad profesional la de secretario del Ayuntamiento de Ingenio, ejerciendo su cargo desde el 25 de febrero de 1838 hasta el 9 de septiembre de 1860. Compartía sus tareas de secretario con la de maestro de la única escuela de niños existente en un municipio de 2.800 habitantes. Estando obligado a obtener el título de maestro elemental para seguir impartiendo clases se traslada a La Laguna, donde, tras un examen celebrado el 3 de febrero 1845 obtiene el título de “maestro de escuela elemental de Instrucción Primaria”, por lo que se le considera el primer maestro “titulado” de Ingenio. El presupuesto del Ayuntamiento apenas daba para cubrir el sueldo de sus dos ocupaciones. Quede como anécdota la situación de las arcas municipales en 1838 cuando se aprueba un reparto vecinal para cubrir su sueldo. Entre sus múltiples labores destaca su dedicación a “ciertas curas”, cuando aún no existía en el pueblo ningún médico titulado y había que trasladarse a Telde o Las Palmas en casos de urgente necesidad, así como la de tasador de tierras y aguas, tareas que compartía con su primo el no menos famoso y controvertido José Ramírez Ramírez. A través de la tradición oral y alguna reseña bibliográfica se sabe que practicó la lucha canaria, siendo un significado puntal de la “pila del Ingenio”, Trabajador incansable, destacó además como escribiente, contador, perito y carpintero. Por sus vastos conocimientos de agrimensura y habilidad manifiesta es requerido por los vecinos para efectuar particiones de bienes y deslindes de terrenos. En el plano religioso fue mayordomo de la Cofradía de Ánimas, de gran raigambre en Ingenio, llegando al cargo en 1855 en sustitución de Diego Espino, siendo además sochantre del templo de Nuestra Señora de Candelaria.

Detalle donde se observan dos de los signos.

Terrateniente

Además del dinero que ganaba en sus incontables actividades, era poseedor de gran cantidad de bienes inmuebles heredados y adquiridos. Según consta en el Cuaderno de Amillaramiento del Ayuntamiento de Ingenio correspondiente al año 1858, poseía junto a sus hermanos distintos bienes: tierra en la Mejía con 13 horas de agua; Algodones con seis horas, Huertecilla, Bagacera con 12 horas, Tras las Casas con cuatro horas, Abrevadero, Aguatona con seis horas, y Berlanga, además de tierras de secano en Sancho Martín, Los Hitos, Lomo de Enmedio, Los Cantos, Calvario, Cardones, Llano del Deán, Los Angostos, Lomo de Caballos, La Cuesta, Pedregal, Montaña Quemada, Lomo de los Ortegas, Cueva Nueva, y Guayadeque. Propietario de varias casas: la de su habitación en la Banda, Molinillos; la mitad de otra en el Almendro y dos medios graneros en el Cuarto y Albercón, más 16 ovejas. Adquirió por subasta en 1848 al Ramo de Expolios del Obispado un extenso terreno en el Lomo de Caballos (barranco del Cardón), en lo que se conoce como Lomito de los Bueyes. Según informe de la Sociedad Económica de Amigos del País, de todos los terrenos de secano en las medianías del Ingenio, dedicados al cultivo de siembra de cereales y leguminosas, tan solo dos parcelas estaban suficientemente cuidadas y mimadas disponiendo de árboles frutales y nopales debido a la capacidad económica de sus dueños; una era la de su tío el presbítero Bartolomé Ramírez y otra la suya propia.

Superior central.

Inferior central.

Lo mismo que se le conoce su destreza para adquirir y administrar bienes, sin que sepamos los motivos, se iba desprendiendo de su enorme riqueza a través de distintas ventas y cesiones: Lomo de Caballos, Mejía, Cañada de Castro, Lomo del Medio y el Valle, además de dos horas de agua. Es significativa la compra que realiza junto a su sobrina María Luisa en 1855 de distintos predios de secano y regadío en la Cumbre, Valle de Aguatona, Pedregal y La Mejía, junto con agua de la heredad Acequia Real de Aguatona. Su amistad con los dos grandes propietarios de Ingenio y Carrizal, José Ramírez Ramírez y José Ramírez Martel se hace ostensible, cuando éste nombra a los dos primeros albaceas testamentarios en 1860. Según el padrón de habitantes de ese año que él mismo confeccionó en su calidad de secretario municipal, constaba como soltero de 46 años, propietario y secretario del Ayuntamiento, único miembro de la unidad familiar. Fallecería al año siguiente.

Inferior derecha.

Inferior izquierda.

Sus herederas

Instituyó como heredera universal vitalicia de su casa con los muebles que disponía y otros bienes a su sobrina María Luisa Estupiñán Juárez y otros a su prima Isabel Medina Zapata, hija de su tío Domingo, pero también dejó algunas deudas y conflictos por enseres de poco valor, posiblemente motivado por su ajetreada vida o por su enfermedad y que los adeudados no se atrevieron a reclamar en vida debido a su enorme influencia, deuda que se vio obligada a pagar su sobrina María Luisa, después de su muerte.

Situación y características de la casa de Vicente Medina

En el primitivo casco de Ingenio se encuentran distintas casonas que guardan en su interior historias apasionantes, tanto de su estructura arquitectónica como de los personajes que las habitaron a lo largo de los siglos. Ambas peculiaridades quedan plenamente representadas en la llamada “casa de Vicente Medina” situada en el primigenio núcleo urbano que se conformó en torno al ingenio azucarero en el siglo XVI y que tomó el nombre de “La Banda” (toponimia desaparecida). Debe su nombre al personaje que la construyó, Vicente Medina Ramírez, en el segundo tercio del siglo XIX, si bien, a tenor de la configuración de su patio interior y habitaciones laterales debió formar parte de una anterior construcción. Tiene su frontis por el primitivo camino real que desde “el Ingenio” conducía a la Villa de Agüimes pasando por la delantera de la ermita de Nuestra Señora de Candelaria, hoy calle Arcediano López Cabeza, por donde pasaba la llamada “Acequia de la Candelaria” (actualmente soterrada) para los regantes del heredamiento “Acequia Real de Aguatona”. Por el patio trasero y a través de un gran portalón se llega a un angosto callejón por donde discurría la acequia que desde “el Albercón” llegaba a los molinos (hoy calle Marte) y que posiblemente en el pasado fuera su entrada principal. Lindante por el norte se encuentra otro emblemático edificio mandado construir por José Espino Suárez, padre del chantre de la Catedral, Juan Espino Juárez, adquirido por el Ayuntamiento de Ingenio en época reciente y destinado a alojamiento.

El edificio principal consta de dos plantas con paredes de mampuesto ripiado y techumbre plana. Mide su frontis 13 metros, siendo la superficie total del solar 238 metros cuadrados. Después de atravesar un pasillo que divide las habitaciones de la planta baja se comunica con el patio, desde el cual y a través de una escalera y artística balconada de madera se llega al piso superior. La trasera constituye un clásico ejemplo de lo que fueron las antiguas casas labriegas con un alpendre y cocina, destacando el clásico tallero con la pila y el bernegal. Encaja la estructura del edificio en su conjunto como un reflejo de la arquitectura tradicional doméstica canaria, destacando su artesonado en recia madera de tea.

Posteriores dueños e inquilinos de la casa y situación actual

La que fue casa habitación de Vicente Medina, dejada por disposición testamentaria a su sobrina María Luisa, pasó posteriormente a su prima Mariana Morales Ramírez, casada con Bartolomé Suárez Medina y luego a su hijo Luis Suárez Morales, casado con María del Pino Peña Cabrera que la habitaron, siendo cedida más tarde en alquiler. Especialmente recordada es la etapa en que fue sede de la Sección Femenina en sus primeros años, para luego ser vendida por los herederos (hermanos Suárez Peña) hace unos treinta años a Georgina Hogg conocida como Min Hogg, nacida el 28 de septiembre de 1939, periodista, editora de revistas y diseñadora de interiores británica. Fue la editora de moda de Harper’s & Queen entre 1974 y 1979, y luego cofundó World of Interiors en 1981, que se convirtió en una de las revistas más influyentes de finales del siglo XX. Después de su compra, esta ciudadana británica de renombre internacional en el mundo del diseño de interiores arregló la casa en su totalidad sin alterar lo más mínimo su primitiva estructura y disposición, sin añadir ni quitar nada con exquisito gusto, dotándola de mobiliario acorde con su sensibilidad artística, estando en la actualidad en disposición de habitabilidad. Sin embargo, su fachada presenta estado de deterioro en su enlucido, existiendo claras divergencias de la propietaria con el Ayuntamiento de Ingenio por la aplicación de la normativa respecto a la carta de colores, situación que se ha prolongado durante varios años. Min Hogg falleció el pasado 25 de junio.

Bajo relieves en la fachada

Causa extrañeza la presencia de distintos signos tallados en bajo relieve a lo largo y ancho de la fachada, coronando la parte alta de los dinteles de puertas y ventanas cuyo simbolismo desconocemos y no se sabe muy bien si son fruto de la imaginación y sensibilidad artística de Vicente Medina o bien responden a simbología cabalística. Se puede apreciar en uno de ellos un trébol de ocho puntas relacionado con alguna sociedad secreta, otro parecido a la conocida flor de lis, en un tercero se aprecia con mucha imaginación un anagrama con las iniciales V.M.R. (Vicente Medina Ramírez), mientras los otros parecen indescifrables, sin que ello presuponga vínculo de ningún tipo. Sirva esta crónica histórica para que aquellos que posean la formación necesaria emitan la explicación precisa sobre estos signos.

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