POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
Bolea nos recibe en silencio y nos envuelve en su regazo de calles estrechas y fachadas de tonos crema, que se acentúan con la palidez de sus discretas farolas. En lo alto, la torre de la colegiata es testigo mudo de la quietud del entorno, transmitiendo una sensación de serenidad y recogimiento muy propia de estos días en los que recordamos con especial dedicación a nuestros seres queridos ausentes ¡Buen día!
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