EL FANTASMA DE LA MELILLA OCUPADA SOBREVUELA LA CIUDAD EN GLOBO

EL CRONISTA OFICIAL DE MELILLA, ANTONIO BRAVO NIETO, DESCRIBE LA CIUDAD COMO «UNA REALIDAD HISTÓRICA, SOCIAL Y CULTURAL DE MÁS DE CINCO SIGLOS VINCULADA AL MUNDO OCCIDENTAL POR SU PERTENENCIA A ESPAÑA»

Globo contra la ocupación de Melilla.

El Sindicato Unificado de Policía culpa al ya desaparecido Comité de Coordinación para la Liberación de Ceuta y Melilla Ocupadas de lanzar mensajes como «Fuera el colonialismo español» y «Melilla es una ciudad marroquí» en globos que cruzan la frontera de la ciudad autónoma.

«Hoy, otra vez se ha cerrado la frontera de Farhana de Melilla por parte de Marruecos, pero hay un problema que es más serio y son las reivindicaciones consentidas y que atacan a la españolidad de Melilla. No se puede consentir» es el mensaje que publicó en su cuenta de Twitter el Sindicato Unificado de Policía de Melilla (SUP Melilla) el pasado miércoles, 5 de febrero. El texto acompañaba la fotografía de un globo naranja con un papel pegado con celo y un mensaje: ‘Comité de Coordinación para la Liberación de Melilla Ocupada: Fuera el colonialismo español, Melilla es una ciudad marroquí. Todos estamos detrás de su majestad, el rey Mohamed VI.

El portavoz de este sindicato policial, Jesús Ruiz, asegura que no es la primera vez que sucede, de hecho, la última semana de enero se encontraron con pancartas en la frontera con mensajes similares al del globo y fotografías de agentes la Policía Nacional acusados de agresores y fuerzas coloniales: «Es un pulso a la Delegación del Gobierno en Melilla que se mantiene en la frontera» y afirma que «ciudadanos marroquíes aprovechan el cierre del paso fronterizo por parte de Marruecos para lanzar globos con mensajes reivindicativos» sacando partido a «la aglomeración de contrabandistas del comercio atípico». Este policía considera que se trata de «una campaña consentida» por el país vecino, ya que «los gendarmes no toman medidas en el lado marroquí para evitarlo como sí lo haría la Policía si sucediera en el lado español de la frontera». «Sabemos quién ha sido, pero prefiero no mencionar su nombre», sentencia.

Cruce de acusaciones

Las sospechas conducen a un viejo conocido de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado español. El presunto artífice de esta acción es Said Chramti, vicepresidente del Comité de Coordinación para la Liberación de Ceuta y Melilla que se disolvió en el año 2014 porque, en palabras del que fuera su presidente, Yahya Yahya, «habían perdido la esperanza» en sus reivindicaciones nacionalistas e irredentoras del Gran Marruecos. Sin embargo, Chramti sigue en activo y utiliza las redes sociales para cargar contra la ciudad autónoma de Melilla, aunque en esta ocasión se defiende: «Yo no he hecho nada. El SUP ha cogido un globo, ha impreso un papel con una reivindicación de hace seis años y lo ha colgado en la frontera para atribuirlo al desaparecido Comité, pero lo cierto es que ningún marroquí lo ha hecho».

Este activista marroquí, que en la actualidad preside la Asociación Gran Rif de Derechos Humanos, acusa al SUP de montar este numerito coincidiendo con la visita del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a su homólogo marroquí, Abdelouafi Lafti, en Rabat. Encuentro cuyo objetivo era reforzar y consolidar la cooperación ya existente entre los departamentos de Interior de España y Marruecos, pero que pasó por alto el cierre unilateral de la aduana comercial de Beni Enzar entre Melilla y Marruecos por parte de las autoridades del reino alauita y las restricciones al paso de mercancías y personas en Ceuta. «El SUP quiere presionar al gobierno para ganar beneficios como mayor sueldo, mejores equipamientos y más personal en frontera y quiere que el mensaje llegue al ministro que está en Rabat», afirma Chramti.

Por su parte, el policía español admite que el SUP Melilla lleva tiempo reclamando un incremento de plantilla en frontera y una mejora de sus equipamientos ante el aumento de la presión que ejercen los contrabandistas y porteadores de mercancías en los pasos fronterizos, pero rechaza entrar a valorar las acusaciones de este activista.

Según los datos facilitados por la Delegación del Gobierno, entre 35.000 y 36.000 personas y 4.000 vehículos cruzan a diario por los cuatro puestos fronterizos de la ciudad autónoma, en especial, el paso internacional de Beni Enzar puede contabilizar un sábado hasta 14.000 entradas de personas y 3.000 de vehículos. Estos datos han sido recopilados a través del recién implantado sistema de frontera inteligente que, además, incluye cámaras de reconocimiento facial que alertan de la posible entrada de personas que tienen prohibido el acceso a territorio nacional por no disponer de los permisos pertinentes o por haber cometido algún delito, como es el caso de Chramti, quien pasó 18 meses en prisión por agredir a unos agentes de la policía española en la frontera con Melilla en el 2014.

Antecedentes antiocupación

Este activista marroquí insiste en que ese mensaje en globo es un montaje que ha recuperado un texto de hace seis años o más, cuando el Comité de Coordinación para la Liberación de Ceuta y Melilla quería «visibilizar la situación del Sáhara Occidental resultado de la colonización española, así como el abuso de los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en las fronteras de las ciudades autónomas contra los ciudadanos marroquíes» que entran y salen todos los días por trabajo. Sin embargo, a día hoy admite a Público que mantiene su consideración sobre ambas ciudades: «Por supuesto que son territorios ocupados que deben ser descolonizados. En el futuro serán ciudades marroquíes».

Este comité se fundó en el año 2007 y, hasta su disolución siete años más tarde, ha protagonizado numerosas acciones para conseguir que los territorios españoles en el norte de África pasen a ser de soberanía marroquí. En el año 2010, Chramti lideró un bloqueo de suministros que pretendía dejar a Melilla desabastecida tanto de materiales de construcción como de alimentos que cruzaran por la frontera con Marruecos, suceso en el que intervino la diplomacia de ambos países. Ese mismo año, integrantes de esta organización desplegaron ante el edificio de la Delegación del Gobierno en Melilla una pancarta con la leyenda «Ceuta y Melilla, ciudades marroquíes».

Otro de los hitos más sonados de este Comité fue el intento de ocupación del Peñón de Vélez de la Gomera en agosto del 2012, de donde fueron desalojados por el Grupo de Regulares número 52 de Melilla. Un mes más tarde, accedieron a la Isla del Perejil con una bandera de Marruecos para denunciar los «territorios ocupados». El 26 de noviembre de ese año, integrantes de esta organización amputaron el brazo a la estatua de Pedro de Estopiñán, el fundador de Melilla en 1497, y lo sacaron de la ciudad autónoma en el maletero de un coche. Lo devolvieron en julio de 2013, con motivo de la visita del rey Juan Carlos I a Mohamed VI «como expresión de afecto y simpatía por el Jefe del Estado español a Marruecos». Finalmente, el Comité de Coordinación para la Liberación de Ceuta y Melilla se disolvió en junio de 2014 por la falta de implicación y apoyo por parte de los ciudadanos marroquíes.

Melilla, ¿ciudad ocupada?

Diversos historiadores ven esta pregunta incoherente y el debate, estéril. El historiador e investigador de la Asociación de Estudios Melillenses, Fernando Saruel Fernández, es conciso y directo: «Marruecos como país no existe hasta 1956 y Melilla desde 1497 pertenece a Castilla y después a España», aunque apunta que «el sultanato de Marruecos existe desde el siglo XVIII» y de ahí ya se desarrolla hasta lo que es hoy día. Por su parte, el cronista oficial de Melilla, Antonio Bravo Nieto, describe la ciudad como «una realidad histórica, social y cultural de más de cinco siglos vinculada al mundo occidental por su pertenencia a España y su desarrollo desde la Castilla de los Reyes Católicos en adelante».

Faris El Messaoudi-Ahmed, doctor en Historia del Centro Unesco Melilla, apunta que «Pedro Estopiñán llegó a una roca [Melilla la Vieja] con residuos de haber sido habitada por fenicios y romanos, con un pequeño embarcadero, y rodeada de terrenos agrícolas con muy pocos pobladores, los conocidos como habitantes de la Guelaya», nombre que reciben los alrededores de Nador. Este historiador recuerda que por aquel entonces existían los reinos de Fez y Marrakech, «pero su poder llegaba hasta donde lo hacían sus tropas y extrañamente llegaban hasta aquí». Para este doctor «el gobierno marroquí considera las ciudades autónomas ocupadas por situación geográfica, pero es una reivindicación prácticamente olvidada y residual, no las reclama porque no quiere interferir con las buenas relaciones con España y porque tiene más intereses en el Sáhara». El Messaoudi recuerda que con el Tratado de Wad-Ras, en 1860, se establecen los límites de ambas ciudades autónomas en un pacto entre los reinos de España y Marruecos. «No hay más discusión», concluye.

Fuente: https://www.publico.es/ – ROSA SOTO

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