DE CASINOS AL VILLAR DEL ARZOBISPO: ¡ES CARNAVAL! • LAS MURGAS: IMPECABLES, DIVERTIDAS, PUNZANTES ¡APASIONANTES!

POR JOSÉ SALVADOR MURGUI, CRONISTA OFICIAL DE CASINOS (VALENCIA)

Una de las murgas. / EPDA

Villar del Arzobispo, pueblo vecino al nuestro, ha celebrado este fin de semana su gran fiesta del Carnaval, hecho social y festivo que aglutina a un buen número de visitantes de la Comunidad Valenciana, que para llegar a su meta, hacen paradas en los diferentes puntos de la ruta. Casinos también participa de estos Carnavales, no solo contemplando la fiesta, sino disfrutando de la misma, con la juventud disfrazada recorriendo las calles del Villar, en ese divertido desfile donde se mezcla el humor, la elegancia, los sorprendentes vestidos, la gracia de la fiesta, y el ingenio que se supera cada año con ideas atrevidas y renovadas que dan vida y nombre a la fiesta. Estamos hablando de una fiesta especial que se ha sabido superar cada año.

Muchos años he participado como espectador, pero el año pasado por las redes me encontré con que estaban transmitiendo un espectáculo, que yo desconocía, ya que la noche del viernes hacen el «Concurso de las Murgas.» Este año, me abrigue, porque lo hacen al aire libre en la calle de las Cruces, y con una familia amiga del Villar, me fui a ver el espectáculo. Si me piden que lo califique con una palabra, puedo decir que es «ÚNICO.» Nada que envidiar a otros que la televisión los publicita.

Elegancia, buen hacer sobre las tablas, cuidado de todos los detalles, humor sin límites, saber poner los «puntos sobre las ies», decoro al actuar, puesta en escena impecable y lo más importante, lograr que el público en el mes de febrero puesto en pie, resista desde las veintitrés horas hasta que acaba el recital, aplaudiendo y disfrutando del momento. Hasta aquí solo puedo decir que impecable.

¿Por qué escribo esto? Este año, para mí la noche de las MURGAS (que nada tiene que ver con nuestro apellido) me ha dado una lección. Una lección y reflexión que quiero dejarla escrita, porque al fin y al cabo estoy hablando de un «episodio de vida.»

El primer grupo que salió a actuar llevaba por nombre «Los Canallitas» fue la gran sorpresa para mí, ver a un grupo de jóvenes, vestidos de azafatas, impecables, súper arreglados, sin faltarles detalle de la cabeza a los pies, pasando por las maletas, y con una perfecta afinación sumada a la exquisita dicción y coordinación.

No escribo para resaltar la primera actuación, luego vino la segunda, la tercera y así hasta el final. Todas impecables, divertidas, punzantes a la hora de reflejar situaciones locales, y como estamos en Carnaval, dignas de ser reídas cada vez que nombraban algún particular del pueblo, alguna acción del año pero esas letras quedan reflejadas en los libros que se reparten para que el público pueda estar informado en directo.

Vuelvo a la compañía de vuelo «Los Canallitas» que el año pasado ya sorprendieron con sus palpitaciones, cuando después de estar una semana estudiando en Valencia, regresaban al Villar, al encontrarse con el pueblo se volvían locos de emoción. Eso es amor a lo suyo. Este año, también fue gracioso su recital, pero me quedo con la última canción: «ESCALA EN EL CIELO» no fue una canción, fue un testimonio de amor. Alejandro, su amigo, un chico de su edad, hace escasos meses, partió, tomó por equipaje una bicicleta y se fue en busca de un mundo mejor… fueron días duros, de búsqueda, días tristes hasta el desenlace final. El dolor de una pérdida joven, sacudió un pueblo.

Sus amigos, no lo han olvidado cantándole así: «No es que no queden mañanas, no es que la noche sea amarga, es que desde que te fuiste, me has dejado un hueco que no llena nada. Solo quedan restos de recuerdos ¡Suena tu voz cuando empiezo a cantar, como un suspiro que se oye en el mar! ¡Suena tu voz solo con recordar cómo era nuestra amistad!

En tu risa tan contagiosa, siempre tu arma más poderosa. Y sin embargo no tengo miedo, en mi recuerdo sigues con vida. Suena pasado, suena presente, suena la gente que ya no está ¡Óyeme cuando a ti te pase algo, sea lo que sea hermano, no lo calles dímelo! ¡Óyeme no dejes que eso te pase, tiene una solución!»

Estas letras que nacen del corazón, trocaron la risa en llanto, todos los rostros que vi, sus mejillas fueron surcadas por las lágrimas; ya lo dijo Plinio «el joven»: «Res severa est verum gaudium» La verdadera felicidad es una cosa seria ¡Grandes «Los Canallitas» al cantar esta letra, grandes escritores del alma, verdaderos versos impregnados de pasión, palabras hiladas que deben permanecer escritas en letras de oro y cincel de platino, en el corazón de un pueblo que saber amar y respetar a sus vecinos, ¡Glorioso Villar del Arzobispo!

¡Gran Carnaval el de Villar! Exquisitas relaciones con Casinos, pero sobre todo gran ejemplo el que nos transmitió este grupo de veinteañeros, que centrados en la fiesta no olvidaron la realidad de la vida. Debemos tomar nota de su consejo: ¡Óyeme no dejes que eso te pase, tiene una solución!»

Fuente: https://www.elperiodicodeaqui.com/

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