TRES ARCHENEROS EN LA DECORACIÓN DEL CASINO DE TORREVIEJA (4)

POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE TORREVIEJA

Vista general del salón principal del Casino de Torrevieja decorado con las tallas florales de Enrique Salas Coll y las pinturas de Inocencio Medina Vera. Principios del s. XXX. / Foto: A. Alberto Darblade – Colección de Fco. Sala

Vista general del salón principal del Casino de Torrevieja decorado con las tallas florales de Enrique Salas Coll y las pinturas de Inocencio Medina Vera. Principios del s. XXX. / Foto: A. Alberto Darblade – Colección de Fco. Sala

(Comunicación presentada en el VI CONGRESO REGIONAL DE LA ASOCIACIÓN DE CRONISTAS DE MURCIA – Archena, 16 de marzo de 2013)

La Sociedad “La Fuensanta”, de los señores Casanova Coll y Compañía

En el año 1900, los murcianos “Casanova, Coll y Compañía”, construyeron en Torrevieja una gran fábrica de muebles movida a vapor, descubriendo la manera de competir en precios, buen gusto y bondad de sus artículos con la industriosa Barcelona.

El encargado de la factoría, Enrique Salas Casanova, buscó en Murcia obreros para la fabricación de objetos artísticos y muebles de lujo “La Fuensanta”, establecida bajo la razón social de “Casanova Coll y Compañía” (24). Huyeron en sus creaciones de imitaciones, que no eran propias de verdaderos artistas, fabricando en Torrevieja modelos de camas de madera de haya reconocidas por su exquisito gusto, bondad y economía. (25)

En aquella época, había en Torrevieja “carpinteros ignorantes o temerosos de la competencia que creían ver en los modernos artefactos un artificio del demonio”. Las maquinarias de “Casanova Coll y Compañía” llegaron de Valencia y Cataluña comenzando con ellos la industrialización de la villa salinera. Desechando las preocupaciones propias del atraso, se comprobó que al implantar fábricas como las de “Casanova Coll y Compañía”, la fabricación de muebles en Torrevieja podía competir con las mejores industrias de Barcelona, estableciendo esta firma, ese mismo año, un comercio-almacén en el mismo centro de Murcia, en la calle de la Trapería número 53, donde expusieron muebles hechos con buen gusto y a muy buen precio, fabricados en Torrevieja. (26)

Todos los componentes de la sociedad “Casanova Coll y Compañía” eran vecinos de Torrevieja, pero nacidos en la provincia de Murcia, por lo que al fundar esta industria se sintieron obligados a ponerle el nombre de su patrona “La Fuensanta”. El edificio de la fábrica era nuevo y estaba situado en las proximidades de la estación del ferrocarril, junto a la carretera que a la misma conducía.

Allí se hacían toda clase de muebles de madera y especialmente camas, mecedoras y sillas. En camas competía con Valencia. En sillas construía unas especiales llamadas “Sansón”, muy fuertes y ligeras, destacando las sillerías y camas estilo Luis XV, con calados, muy elegantes. Vendían a precios muy asequibles, pues esas camas estilo Luis XV las vendían por tan sólo veinticinco pesetas. (27)

En el “Pabellón de la Industria de la Exposición Regional de Murcia”, celebrada en el año 1900, pendientes de la pared y junto á la puerta de entrada, se expusieron marcos, rinconeras y otros objetos estilo Luis XV, fabricados en madera por Enrique Salas Casanova (28). Es en esta muestra donde la Sociedad “La Fuensanta”, fundada en Torrevieja, obtuvo una medalla de plata por un marco de madera y cuatro repisas. (29)

En la fábrica había veintiuna máquinas, entre ellas sierras de todas clases, lijadora, torno para hacer molduras, para redondear, regruesadoras, cepilladoras y cuantas exigía la construcción de muebles, hasta el punto de que la labor del operario podía decirse que se limitaba a armar los muebles fabricados.

El movimiento de todos estos aparatos se obtenía con una máquina de balancín construida en los talleres “Vulcano” de Valencia, con fuerza de doce caballos de vapor.

Normalmente trabajaban en los talleres treinta y dos hombres, que podían producir un enorme número de muebles. Al frente se encontraba Enrique Salas Casanova que, junto con su hijo Enrique Salas Coll, demostraron los grandes conocimientos que tenían sobre esta industria. (30)

Ante la necesidad de hacer obras de mejora en el salón de café de la sociedad Casino de Torrevieja y ver peligrar algunos talleres locales su encargo, la inmensa mayoría de los carpinteros de esta villa se declararon, de forma “insensata e ignorante”, ataviándose con las mejores galas de la hipocresía. enemigos encarnizados de la fábrica de magníficos muebles “La Fuensanta” que habían implantado en Torrevieja “Casanova Coll y Compañía”, sin otro fundamento que el de figurarse que absorberían los pocos trabajos que en esta población se presentasen, la mayoría de los carpinteros locales.

Esta idea, “fruto tan solo de inteligencias obtusas ó de ruines lacerías, tomó cuerpo y sugestionó á muchos imperitos que también se permitían criticar, ó mejor dicho, hablar siempre con desprecio de la fabricación de ‘Casanova Coll y Compañía’”, si bien que, de las provincias limítrofes y de las andaluzas, aumentaban los pedidos a este centro productor, hasta el punto de que varias fábricas de Cataluña y Valencia fijaron su atención en Torrevieja y se convencieron de que les había salido una competencia, que veían difícil evitar, por serles imposible rebajar sus precios, dada la calidad de los artículos. (31)

El presidente del Casino, Manuel Bonmatí Rico, y las demás personas de la Junta directiva de esta sociedad, acordaron redecorar el salón café; y deseosos de que resultase una obra artística, de exquisito gusto, nueva, y a la par económica, y en el convencimiento de que ningún artista de esta población había de satisfacer sus deseos, encargaron la ejecución a “Casanova Coll y Compañía” quienes se obligaron a hacerla por una insignificante cantidad de dinero, llevados de la idea de que sus trabajos sirvieran de anuncio perpetuo a los muchos bañistas que venían a Torrevieja a gozar de estas playas.

Al conocerse la noticia de que “Casanova Coll y Compañía” eran quienes se encargarían del adorno del salón café del Casino, fue como si una bomba hubiese hecho inmensos estragos entre la mayoría de los maestros carpinteros de Torrevieja.

Los carpinteros locales Salvador Valentí, Sánchez Ballester, Balaguer y Tuso (32) pidieron que las obras salieran a subasta, reuniéndose distintas veces el gremio local, lanzándose anatemas, haciendo profecías, y hasta se aseguró el desastre. Todo fue inútil, la Junta directiva del Casino de Torrevieja, siguió impasible el derrotero que se había trazado, en la convicción de que quedaría airosa, porque tenía conciencia de que aquellas peticiones nacían solamente de la ignorancia o de la envidia de unos cuantos. Por casualidad, vino Enrique Salas Casanova y su esposa Sacramento Coll Hernández a Torrevieja a visitar a su familia (33), y el notable pintor Inocencio Medina Vera, que estaba pintando varias obras para el Teatro Romea de esa capital, a instancia de ellos y de la Junta directiva del Casino, se obligó a pintar los recuadros y entrepaños que debían quedar en el adorno de las tallas que se estaban construyendo por Enrique Salas Coll. (34)

NOTAS:

(24) Heraldo de Murcia; Murcia, 30 de mayo de 1900.

(25) Heraldo de Murcia; Murcia, 24 de octubre de 1900.

(26) Heraldo de Murcia; Murcia, 27 de octubre de 1900.

(27) Las Provincias de Levante; Murcia, 16 de agosto de 1900.

(28) El Imparcial; Madrid, 25 de mayo de 1900.

(29) Las Provincias de Levante; Murcia, 13 de junio de 1900.

(30) Las Provincias de Levante; Murcia, 16 de agosto de 1900.

(31) El Heraldo de Murcia; Murcia, 14 de enero de 1901.

(32) Aprovechando estas tendencias artísticas de los artistas murcianos, los ebanistas torrevejenses Juan Balaguer Martínez y Antonio Balaguer Tuso, junto con primo Francisco Tuso, puede que también trabajaran en la obra del nuevo edificio del Casino de Torrevieja, pero en trabajos menores de puertas y marcos, zócalos y andamiajes.

(33) Archivo Municipal de Archena (A.M.A.). Padrón de habitantes de 1903. Caja 81, doc. nº 3, fol. 90.

(34) El Heraldo de Murcia; Murcia, 14 de enero de 1901.

Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 7 de junio de 2014.

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