PENITENCIA CUARESMAL EN «CASA PRUDO»

POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Esto de la «reclusión doméstica voluntaria» (lo de voluntaria es adjetivo contrario a ·»obligatoria») acarrea situaciones de «claustrofobia culinaria» que fuerzan a las personas a agudizar su ingenio para preparar «algunas cosillas» que satisfagan a los comensales de la casa.

La materia prima -ya se sabe- es lo que se guarda en la despensa y lo perecedero que se conserva en el frigorífico o en el congelador. Productos que intentamos «ahorrar al máximo» porque, como cantaba Antonio Molina, «el futuro es muy oscuro, / el futuro es muy oscuro, / ¡ay!; trabajando en el carbón».

Buscando situaciones análogas a la presente en nuestra Asturias, recuerdo la «peste del cólera morbo» que asoló nuestra región hace ahora casi un siglo. Luis Fernández Valdés, «Ludi», nos lo comentaba en su libro «UN KILO VERSOS (Gijón 1915):

«Hoy que la gente del pueblo / se encuentra un tanto alarmada
con la terrible noticia / hace poco propalada
de la existencia del cólera / bastante cerca de España,
y que la celosa gente / de la empresa sanitaria
anda de patio en calleja / inutilmente apurada
luciendo sus facultades / de desinfección barata
por medio de sublimado, / de sustancias fenicadas,
de sulfatos, de Loeches, / de Huevol, de Tupinamba,
y otra serie de mejunjes / de tendencia profiláctica…
……
Y, por último, imponer / a las madres descuidadas,
que por desgracia hoy abundan, / una multa exagerada
por consentir que sus hijos / (fragmentos de sus entrañas)
exhiban por esas calles / la cólera remendada».

El mismo LUDI nos recuerda la situación de PENITENCIA a la que nos conducen la Cuaresma y la enfermedad:

«… Tras de tantos goces y tanta alegría,
viene entre espinacas la melancolía.
Tras de aquella carne fresca y sonrosada
viene a entristecernos esa bacalada
dura y correosa de sabor extraño
que nos deja tastu para todo el año…
….
No se olviden muchos de esto que les digo:
uno son los «cuartos» y otro es el amigo.
Hace `poco el cura nos lo dijo a todos:
tras de aquellos «pulvis» vienen estos lodos».

Primeros años del siglo XX y primeros años del siglo XXI: TAL CUAL.
Pues héte aquí (¡que forma más medieval de introducción!) que en el restaurante virtual «CASA PRUDO» , de probada experiencia culinaria, nos hemos decidido preparar un plato primaveral y penitencial, al par que apetecible y apetitoso: HUEVOS RELLENOS A LO HUERTANO.

Verán ustedes:

Cocimos 4 huevos de gallina (tamaño grande en los huevos, no en la gallina) y, ya sin cáscara y cortados en dos mitades a lo largo, extrajimos las yemas.

Estas yemas, desmenuzadas, las mezclamos con la pulpa de dos tomates maduros (pelados y bien aplastados), bonito en aceite de oliva (una lata «normal»), unas aceitunas picadinas y un poco de salsa de tomate frito.

Con esta mezcla rellenamos los huecos existentes en las claras y el sobrante los dispusimos sobre cuadrados de pan de molde. Adornamos con media anchoa, media aceituna y un toque de salsa de tomate y distribuimos en una fuente sobre un fondo de lechuga en juliana (por el aquel del verde primaveral).

A lo largo de la fuente, como remate lateral, colocamos unos espárragos y su complemento de mayonesa.

Y con nuestro plato de hoy, de nuevo los versos de LUDI dedicados a LA PRIMAVERA:

«… Hada de goces puros / y de ilusiones;
que llenas de esperanzas los corazones,
que ejerces sobre el hombre / suma influencia,
y refrescas a veces / su inteligencia,
DONES A MILES
DERRAMA SOBRE EL CRÁNEO DE LOS EDILES.
HAZLES QUE PREMEDITEN / MUCHO LAS COSAS
PARA EVITARLES PLANCHAS / ESCANDALOSAS»

Lo dicho: Siglo XX y siglo XXI: la Historia se repite.

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