DIARIO DEL COVID-19: DE CASINOS A LA CIUDAD DE GAZA

POR JOSÉ SALVADOR MURGUI, CRONISTA OFICIAL DE CASINO (VALENCIA)

Hoy Viernes Santo, son las 20,17, superadas las emociones y recuerdos de una evocadora Sevilla, que guardó en silencio sus pasos, me adentro en mis pensamientos en la Marcha de procesión compuesta por Abel Moreno en 1987 y que lleva por nombre «Madrugá» que cuando llega el final, en el minuto 7.16 segundos, tiene lugar la apoteosis musical de la marcha con el sonido de tres notas finales sobre redoble de timbales llenos de sensibilidad y representando el cierre de las puertas del templo, dando así por terminada la noche de los sueños y la que muchos llevan esperando todo un año.

Sumido en esos pensamientos, y con los ojos puestos esperanzados en el año 2021, en superar durante el 2020 lo que estamos viviendo, recibo un mensaje privado por Facebook que me llega desde Gaza, si esa Franja que ocupa un territorio de 360 km², donde viven actualmente 1,8 millones de seres humanos. Gaza acogió gran parte de la población refugiada palestina expulsada de sus tierras desde mayo de 1948. Más de dos tercios de la población actual de Gaza es población refugiada. Hoy es uno de las zonas del mundo con más densidad de población (casi 5.000 personas por km²).

Me escribe una Hermana, Sister Nabila, preocupándose por nuestra salud. Esta hermana la conocí en El Cairo, le pude obsequiar como hago siempre con los productos de Casinos que me acompañan, y pude compartir con ella algunas jornadas. Hoy me escribe, me envía las fotos del Viernes Santo en Gaza. Ella trabaja en un colegio, en el Rosary Sisters School, donde atienden a mas de mil cincuenta estudiantes, desde la escuela materna, hasta a la escuela secundaria.

Uno de los titulares de prensa, el pasado mes de marzo decía: «La pandemia por el coronavirus ya ha llegado a Palestina. El 25 de marzo se ha confirmado el primer fallecimiento en Cisjordania. Gaza está en peligro por las condiciones de vida y la falta de camas hospitalarias…» Hoy en medio de ese dolor, de la precariedad, de la angustia, me viene a la memoria, que el pasado mes de noviembre, me enviaba fotos y audios de los bombardeos, de los incendios… de la crueldad del mundo y que ella estaba presenciando.

Hoy Viernes Santo, recibo el saludo, un mensaje de paz, de preocupación, de cariño… ¡qué grande es poder comunicarse por las redes, para transmitir esos buenos sentimientos, esas magnificas vibraciones. Desde Gaza hasta Casinos, unidos por el afecto, por el vino, por nuestros dulces, pero sobre todo, unidos por lazos más fuertes que las fronteras amenazadas por pandemias y por guerras, pueden separar. «Yo os envío como ovejas entre lobos por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas…» (Mateo 10-16) Es una de las frases lapidarias del Evangelio, pero esa frase hoy resuena con fuerza en mi corazón. Estamos en casa cerrados, tenemos comida, familia, vecinos… ¿Estas personas que están en Gaza, a quien tienen?

Es un modo de despertar nuestra conciencia que sufre el letargo de estar cruzados de manos. No escribo para pedir nada, ni me creo digno de retratar el momento que viven en ese lugar, hoy solo soy capaz de cerrar los ojos, coger con fuerza las manos de esas personas que en la lejanía se acuerdan de nosotros, y acabar esta indigna crónica, compartiendo con los lectores, la frase que me ha motivado a escribirla: «Noi preghiamo noi giorno per voi!» Rezamos por vosotros. ¡Gracias, por vuestro testimonio!

Fuente: https://www.elperiodicodeaqui.com

Sin Comentarios.

Responder

Mensaje