UNES CABRES AL HORNO CON PATATINES

POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

El asado de CABRES DEL CANTU que disfrutamos ayer.

Estábamos una tarde-noche del verano colungués tomando un «copetús» en la terraza de una cafetería y en esto, ¡zas!, aterriza en mi jersey un precioso e inofensivo Lucanus cervus. A nuestro lado estaba un matrimonio «veraneante» con un niño como de unos 10 años que, horrorizado, empezó a gritar: ¡papá, papá, una CABRA LOCA va a morder a ese señor!

No, hijo, no -le dije para tranquilizarlo y tomando al «bicho» en mi mano- este animalín es un escarabajo, uno de los mayores coleópteros europeos, totalmente inofensivo. Se llama CIERVO VOLADOR, no «cabra loca» y en Colunga (y en toda Asturias) lo apodamos VACALLORIA. Y mira, este que TIENE CUERNOS es el macho ; la hembra también tiene cuernos, pero son muy pequeños. No me preguntes la causa porque no la se.

Pues verán. Con «les cabres» de la mar existe una especie de dicotomía que uno , si no «ye de mar cercana», puede entrar en error o en confusión de bichos.

Si ustedes observan variedades de peces en las pescaderías encontrarán unos de precioso color rojizo con unas franjas laterales que alternan entre rojo pardo y amarillo. Son «peces de costa»; su carne, muy sabrosa, tiene bastantes espinas y la mejor preparación, por ser más bien pequeños, es en fritura. Se llaman CABRAS, CABRILLAS (en Asturias, cabres) y su nombre científico es Paracentropristis cabrilla L.

Observarán también que hay oferta de otros peces, de color sonrosado, cuyo nombre castellano es GALLINETA y que en Asturias llamamos, según las zonas, CABRA, CABRA LLOCA, CABRA LLOCHA y por la zona de Lastres (Colunga) CABRA DEL CANTU. Los científicos denominan a este pez con el nombre de Helicolenus dactylopterus Delar.

Es un pez de unos 30-35 cm, de la familia «escorpénidos», de color rojo-sonrosado y vientre blanco. En su forma y aspecto se parece a un cabracho (Scorpaena scrofa L.) pequeño, que en Asturias llamamos «tiñosu».

Estos peces, de carne muy blanca y muy sabrosa, cuando son de buen tamaño, admiten exitosamente un asado al horno riquísimo.

En CASA PRUDO los preparamos así.

Compramos tres ejemplares de unos 300-350 g cada uno. Escamados, eviscerados y muy limpios, «rellenamos» su cavidad gástrica con unos trozos de limón y dejamos reposar unas dos horas.

Después, ya eliminado el limón, los llevamos a una fuente de horno donde les dimos «un baño» con esta salsa: Pochamos en aceite media cebolla cortada en juliana y dos dientes de ajo en láminas; ya en su punto añadimos tres ramitas de perejil majado en mortero y desleías en medio vaso de fino andaluz y un poco de agua.

Horneamos a 180º C y a medio asado añadimos unas patatas cortadas en panadera y practicamente fritas. Proseguimos el asado, con baño en su propio jugo, un reposo durante unos 5 minutos y… ¡a comer!

Les garantizo que fue una tarde de domingo para el recuerdo.

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