LOS MUSEOS EXTREMEÑOS REGRESAN SIN APENAS VISITANTES

CRONISTA OFICIAL DE MALPARTIDA DE CÁCERES, JOSÉ ANTONIO AGÚNDEZ, QUE ESTÁ SEGURO DE QUE SI VOSTELL HUBIERA VIVIDO ESTA CRISIS SANITARIA HABRÍA CREADO UNA OBRA CON MASCARILLAS

Dos chicas lo visitan en solitario. / J.V. ARNELA

Varios museos extremeños reabrieron este viernes sus puertas y lo hicieron sin apenas público. Nada que no esperasen sus directores, que hacen una lectura positiva de la escasa afluencia de visitantes que creen que puede servirles como ensayo para ver si los protocolos de seguridad que han puesto en marcha funcionan o tendrán que reforzarlos. Las restricciones de aforo (del 30% hasta el lunes, que con la entrada en la fase 3 se ampliará al 50%) no van a ser un problema en su regreso.

Los pocos que se reencontraron con el arte extremeño contenido en el MUBA y en el Arqueológico de Badajoz o en el Vostell de Malpartida de Cáceres lo hicieron con mascarilla y con la única compañía de los vigilantes de las salas. La desescalada ofrece de momento la oportunidad de descubrir o redescubrir las colecciones de los museos casi en soledad. Esa será la tendencia hasta que la movilidad entre provincias y la apertura de la frontera portuguesa traiga de regreso las excursiones y los grupos de turistas a los museos.

En Badajoz, al MUBA la pandemia ha cortado en seco la progresión de visitantes experimentada durante los dos primeros meses del año de la mano de la exposición temporal de Eduardo Naranjo. En el año de su centenario, el Museo de Bellas Artes ve truncados sus planes por la pandemia: no habrá nuevas exposiciones temporales hasta 2021 ni su exitoso ciclo de conciertos de verano en el patio. La única cita que se mantiene y que llegará en otoño será la presentación de su primer Morales, una ‘Piedad’ que se está restaurando ahora en Madrid.

En sus salas el MUBA tiene expuesto en su colección permanente lo mejor de la pintura extremeña moderna y contemporánea. «Esperemos que el público se anime a visitar el museo con la app, que presentamos a inicios de marzo y que no ha dado tiempo a disfrutar», comenta María Teresa Rodríguez, su directora. La aplicación, que puede descargarse gratuitamente en los móviles, ofrece información sobre una veintena de obras, con adivinanzas «ideal para una visita en solitario o en familia», destaca.

Las previsiones del MUBA son que el púbico regrese al museo en otoño. «En este momento, no hay excursiones, están anuladas las visitas guiadas, los grupos grandes no se permite que vayan unidos y los meses de verano son más flojos, pero todo esto nos va a servir como experimento para saber cómo funciona y mejorar los protocolos de seguridad si es necesario de cara al otoño». Aún así, en un verano imprevisible, Rodríguez también contempla la posibilidad de que crezcan los visitantes si Portugal se convierte en destino vacacional preferente entre los españoles.

En el Museo Arqueológico confían en el visitante local, que viene representando más de la mitad del público que anualmente recibe, al margen de grupos organizados. «Siempre hemos tenido una visita local excelente. Calculo que en un tiempo prudencial irán volviendo», cuenta su director, Guillermo Kurtz.

«Ahora –añade– es una oportunidad. Nunca ha sido un museo con aglomeraciones, pero en estas condiciones es fácil de visitar y sobre todo, como la gente ahora no puede ir a otro sitio y sigue siendo gratis, que aprovechen para verlo y disfrutarlo».

Sobre el futuro, Kurtz no hace cábalas. «No se pueden hacer planes de futuro serios, si llegamos a mañana y a pasado estaremos muy contentos. El aporte de fuera ahora no lo tenemos porque ni de Cáceres ni de Portugal pueden venir y los colegios y grupos escolares no se recuperarán hasta el curso que viene. No sabemos cómo nos va a afectar». Los talleres infantiles en verano, también están de momento, en el aire.

Eso también lo están notando en el Museo Vostell, que en su reapertura solo tres visitantes pidieron cita para conocer las obras de Wolf Vostell, padre del Happening en Europa e iniciador del movimiento Fluxus y del videoarte. Algunas de ellas inspiradoras en tiempos de pandemia.

Una obra con mascarillas

Nada más entrar da la bienvenida ‘Fiebre del automóvil’, «una pieza que representa las plagas, donde el coche se ve como un insecto que recuerda a las plagas egipcias, así como a un símbolo del prestigio pero también como el gran ataúd de nuestros días». Lo cuenta el director de este museo y cronista oficial de Malpartida de Cáceres, José Antonio Agúndez, que está seguro de que si Vostell hubiera vivido esta crisis sanitaria habría creado una obra con mascarillas.

Las mismas que llevan puestas los vigilantes de sala. Tampoco les faltan las pantallas protectoras. Todos extreman las medidas de seguridad y en cada rincón hay carteles que recuerdan la obligación de mantener la distancia de dos metros. Si el visitante antes se podía mover libremente por la sala ahora tiene un recorrido para evitar cruces.

Además, los que vayan estos días al Vostell no podrán ver algunas obras interactivas. «La colección Fluxus permite al visitante interactuar con algunos elementos y eso ahora es imposible», explica Agúndez mientas señala un piano cuyas teclas se podían tocar antes.

«Con el avance en la desescalada esperamos recuperar las visitas. El 40% de nuestro público son grupos de escolares y excursiones de mayores. Además, el 16% suelen ser extranjeros y gran parte llega desde otras provincias», detalla Agúndez, consciente de que han perdido desde marzo unos 12.000 visitantes. Cada año reciben más de 45.000.

Por su parte, el Museo de Cáceres, que también depende de la Junta, espera abrir en los próximos días. El que ya ha reabierto ha sido el Casa Pedrilla, de la Diputación. Lo hizo el 18 de mayo y, aunque este viernes no tuvo ningún visitante, en estas semanas algunos padres sí han aprovechado para conocerlo junto a sus hijos.

Fuente: https://www.hoy.es/ MIRIAM F. RUA y ÁLVARO RUBIO

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