TODO UN EJEMPLO • UN DÍA CUALQUIERA EN CUALQUIER CRUCE: AUTOMOVILISTAS Y PEATONES PARECEN LAS DOS ESPAÑAS

POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

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Nos viene de lejos nuestra historia tan rica como compleja por su extensión, y la inmensa aportación recibida y asimilada a lo largo de milenios. Somos capaces de los mayores éxitos y entregas como de las más desagradables y tristes fechorías, pero somos así desde el hogar, saltando a ese segundo escalón de la escuela, a la que seguimos vapuleando de la manera más inconsciente y temeraria.

Atiendan en cualquier paso de peatones con semáforo, en cualquier momento del día y observen el comportamiento de ambos lados de la calzada, constituidos en dos frentes de ataque. Son las dos Españas puestas de frente y cada uno se enfrenta al que viene sin contar con los que se cruzan en diagonal para molestar a todos, a los de un lado y a los del otro con carro o carrito. Con lo fácil que sería dos grandes grupos, cada uno pasando sin ese desorden que con tan buen acierto se ha considerado como una síntesis de nuestra sociedad actual. A falta de los más elementales comportamientos cívicos sociales, esta definición está marcando nuestros comportamientos dentro y fuera de nuestra fragmentación geopolítica y administrativa.

Da pena que valores poco comunes se manifiesten de manera tan vulgar, incómoda y a la vez nos retraten. Estos detalles tan insignificantes, pero que dicen tanto, comienzan en los dos santuarios citados anteriormente, la cocina y la escuela, y ya que de educación se trata pongamos un sencillo ejemplo: Que los servicios municipales al trazar un paso de peatones en lugares de gran afluencia dividan en dos el trazado o tracen dos grandes flechas marcando las dos direcciones y cada una en su lado correspondiente. Si en las próximas vacaciones se dan una pequeña vuelta por ciertos países del norte de la nueva Europa y se fijan en estos y otros detalles entenderían de manera muy clara que algo nos separa. Hemos abandonado la educación en los valores y estamos absorbidos por el proceso técnico y su imposición lo que me recuerda la frase célebre de que cada civilización que se apoya exclusivamente en el progreso técnico se autodestruye y yo me pregunto muchas veces si no están tocando a vísperas. Pesimismo, no, tristísima realidad.

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/

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