POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTIDUEÑA Y FUENTEPIÑEL (SEGOVIA).
El 17 de febrero de 1752, a eso de las doce o de la una de la noche, «asaltaron la iglesia parroquial y quebrantaron la puerta principal con 15 barrenos, la de la sacristía con 4 y el archivo de dicha iglesia le rompieron y llevaron de él 942 reales y 17 mrs… que procedían de 85 fanegas, 8 celemines y 1 cuartillo de cebada que se habían vendido, y asimismo se llevaron un platillo de plata de vinajeras… que pesaría de 12 a 16 onzas, como unos corales ensartados en plata y unos dijes de Ntra. Sra. del Rosario, los que tenía puestos…».
Más recientemente, y que yo tenga datado, los amigos de lo ajeno también asaltaron el templo el 30 de mayo de 2012, y lo volvieron a intentar el 3 de enero de 2013, no consiguiendo «quebrantar» la puerta principal en este caso.
Hoy día disponemos de un sistema de alarma que parece que está resultando eficaz.
Recordar a los católicos que, aunque este rito cada vez pasa más desapercibido, hoy se celebra el Miércoles de Ceniza («Memento homo, qui pulvis es et in pulverem reverteris»).
¡Buen día!
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