MASONERÍA EN ULEA EN LOS SIGLOS XVII, XVIII Y XIX

POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA. CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)

Haciendo un recorrido por el libro de la «Historia del Valle de Ricote», me encuentro con unos testimonios sobre la existencia de «La Masonería en Ulea», en los siglos XVII, XVIII Y XIX.

En esta localidad existía una Asociación “que no era religiosa ni política” que se aglutinaba alrededor de los problemas sociales del pueblo. A esta Agrupación de trabajo se le denominó «Grupo Masón de la Sociabilidad».

Tal Asociación se fue extendiendo por toda la región de Murcia; teniendo su apogeo a finales del siglo XVIII y todo el siglo XIX.

Los miembros de la Masonería y los de la Inquisición, se miraban de reojo. Cada uno tenía su Sede Oficial, y, mientras los políticos y los clérigos se ubicaron en la calle Mayor, en una casa señorial propiedad de los clérigos y políticos «Tomas Abenza» (La casa de Paco Tomás «El Cojo»), los masones utilizaron como Sede Oficial, un local que les cedió gratuitamente, la familia Miñano; un caserón que después quedó ubicada en la llamada calle Binondo; colindante con la fértil huerta por el llamado «Paraje de la Cuna».

Mientras que los miembros de la Inquisición eran en su mayoría clérigos, políticos y afines a ellos, que sancionaban, juzgaban y ejecutaban sus sanciones públicamente, los Masones se refugiaban en sus «Logias Masónicas»; donde impartían «lecciones de humildad y sociabilidad».

Ambos grupos, como describo con anterioridad, se miraban de reojo y, mientras los inquisidores expropiaban a los agricultores y ganaderos; los juzgaban y los encarcelaban en la mazmorra del Ayuntamiento, también llamada «trena».

Todos los miembros de la Inquisición tenían como Prior al cura propio de Ulea , Francisco López Casacau, quien se apropió de una capilla de la iglesia parroquial de San Bartolomé- la actual capilla de San José.

A él le acompañaron en sus gestiones, otro clérigo Juan del Junco, su brazo ejecutor, que se encargaba de cobrar todos los tributos a los agricultores, ganaderos e industriales del término municipal.

También colaboraron con la Obra, los clérigos  Juan Pay Pérez «cura propio» y  Francisco Tomás Abenza «cura patrimonialista».

Por otro lado,»El Consejo Social y Humanitario de Ulea», que se reunían en la casa solariega de la familia Miñano, estaba dirigida por un miembro de la familia «Los Ministros», ya que a los Miñano los bautizaron, en el caserío del Tinajón con dicho apodo, por ser Teófilo Miñano el recaudador de los impuestos municipales, en dicha época. Con este apodo se les sigue llamando en el pueblo a los que se apellidan Miñano.

Miñano Hervás, era el dueño del caserío y finca de secano «Los Miñano», era tío abuelo de los hermanos José, Joaquín y Jesualdo María Miñano López y tío bisabuelo de quien fue Alcalde de Ulea ,Joaquín Miñano Pay, regidor que más años estuvo al frente de la alcaldía.

En la presidencia de la Logia Masónica de Ulea, por. Fernando Miñano Hervás, le siguió su nieto Joaquín y, con posterioridad, su sobrino nieto  Joaquín Miñano Pay, que fuera alcalde desde el año 1849 al 1885, pasada la gran epidemia de cólera.

En los últimos años de funcionamiento de esta Logia Masónica a Joaquín Miñano Pay le bautizaron con el apodo de «alcalde masón sociológico y caritativo». Texto del Cronista oficial

 

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