POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
El próximo sábado el Puerto del Sueve (en Colunga nos gusta decir «el puertu» y no «la sierra») estará de fiesta. Un año más, y ya van muchos, la asturianía exaltará la recuperada presencia de nuestro caballo asturcón, de nuestro mítico asturcón, que si hoy se encuentra en auge de vida se debe, entre otros factores, a la encomiable labor de ACAS (Asociación de Conservadores de Asturcones del Sueve) que en Borines y en su día con Manolo Martino al frente no regateó esfuerzos para lograr su objetivo.
Es el asturcón un caballo cimarrón, con origen posiblemente indoeuropeo, de color negro, corta alzada, abundosa crin en cuello y cola, de fuertes extremidades, muy noble en la doma, agresivo en la bravura, y excelente animal de carga y laboreo. Más que cocear en el ataque, se defiende o agrede pateando con las patas delanteras y sus golpes no son, precisamente, caricias.
Características todas que Jose Mª Acebal y Gutiérrez sintetizaba así: «Casi´n frente del llau de Colunga / llevanta el puertu Sueve so cabeza / que-i dio a Roma los potros asturcones / que subín de rodíes una cuesta».
Según cuenta la leyenda más de un emperador romano presumió de montar un asturcón en los grandes desfiles de victoria.
La fiesta asturcón-asturiana será en la ya tradicional campera de Espineres, a la que se accede partiendo del Altu La Llama (carretera Colunga- El Infiestu).
Habrá misa, lectura de pregón, nombramiento de Asturcón de Honor, Pastor Mayor, comida campestre, monta y doma de caballos, marcaje de potros… Hace ya muchos años tuve la inmensa alegría de haber sido distinguido como Asturcón de Honor junto con el general Sabino Fernández Campo, el empresario José Cosmen Adelaida (ALSA) y el Sr. Consejero de Turismo de Cantabria.
Esos potros asturcones que son capaces «de subir de rodíes una cuesta» pueden ser ejemplo, hoy día, de superación ante las dificultades; y su nobleza, estímulo para , a patadas delanteras, castigar la corrupción.
En la foto vemos a INDOMABLE, un asturcón que nadie fue capaz de montar: era noble, bravo , incorruptible y honrado. Honor de su raza. Me temo que lo sustituyan por otros más «moldeables»; es el juego político de la modernidad.
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