DÍA INTERNACIONAL DE LA POBREZA

POR FRANCISCO PUCH JUAREZ, CRONISTA OFICIAL DE VALDESIMONTE (SEGOVIA)

-DESARROLLO

Los países pobres de la tierra están pasando por momentos trágicos, muriendo cada día
miles y miles de seres humanos por falta de alimentos. Desde los medios de comunicación se está haciendo un llamamiento para concienciar al mundo de la necesidad de ayuda que tienen.

Es muy encomiable que existan personas desprendidas que realicen donativos para paliar la pobreza, pero no es suficiente cuando si los ricos y poderosos de la tierra quisieran tratar de remediarlo, podrían dedicar miles de millones en lugar de gastarlos de otra forma.

Es indignante que entre las siete personas más ricas de mundo acumulen más riqueza de la que pueden tener los cuarenta países más pobres de la tierra.

Esos sí que son crímenes contra la humanidad y no los que cualquier juez mediático trata de condenar. Desde mi modestia, ofrezco cincuenta ejemplares de cada uno de mis libros para que sean vendidos o subastados y dedicar lo que se recaude para esas pobres gentes.

Desde mi modestia ofrezco el poema que transcribo, con la intención de hacer un llamamiento a quienes pueden, para que de verdad hagan un intento de ayudar a todos los pobres de la tierra, en lugar de gastar fortunas en armamento, viajes espaciales, altas remuneraciones a políticos, consejeros y altos dirigentes del mundo.Vosotros podéis remediarlo.

No es suficiente con que hoy el día 17 de octubre, sea declarado el “Día Internacional de la pobreza” con lo que ricos y poderosos tratan de enmascarar su pasividad ante ese grave problema que acosa al mundo. Un día al año dedicado a la pobreza;¿y el resto de los demás días qué?. ¿Ya se pueden seguir muriendo de hambre esos miles de niños y de pobres que sucumben en la tierra?.

HAMBRE EN EL MUNDO

Esa lánguida mirada
que el rostro de esos niños ensombrece,
esa faz triste y ajada
de piel seca y arrugada
que en plena pubertad los envejece,
esa cara descarnada
que a las almas más crueles enternece
¿acaso no os dice nada?,
¿no oís la voz desgarrada
del hambre, que sus vidas desvanece?.
Y, ¡vosotros poderosos!,
que jugáis a cambiar la faz del mundo,
os sentaréis presurosos
como hados venturosos
para hablar de sus vidas un segundo.
Y ¿queréis hablar de paz?;
no brillan las estrellas en sus ojos
ni tersura hay en su faz;
arrancaros el disfraz,
que han perdido el color sus labios rojos.
¿Vais a arreglar su pobreza?,
¿a quién van a engañar vuestras palabras?,
¿a quién?. Tened nobleza,
utilizad la riqueza
para no hacer sus vidas tan macabras.
Conferencias en la cumbre
para hablar de lo humano y lo divino
mientras no hay fuego en su lumbre
y entre tanta podredumbre
sus vidas van quedando en el camino.
¿Tendréis limpia la mirada
cuando miréis de frente a vuestros hijos?.
¿O nunca les diréis nada
de esa charla desgastada
que no arregla problemas tan prolijos?.
¿Tendréis sosegada el alma?,
¿podréis, viendo sus cuerpos escuálidos,
navegar por mar en calma
sin tenderles vuestra palma?,
o ¿estaréis por siempre tan impávidos?.
¿No os sentiréis asqueados?.
Hundid vuestra cabeza entre las manos,
que sus dedos alargados
hurguen y arañen airados
vuestros sesos de ricos inhumanos.
Si no tenéis voluntad
de tratar de su hambre en forma seria,
¿porqué habláis de caridad?;
¿dónde está vuestra piedad
si dejáis que se mueran de miseria?.
¿Y queréis que no haya guerra?;
¿tratáis en vuestras cumbres de su hambre
o de vender, y eso aterra,
las armas que hay en la tierra
para haceros más ricos con su sangre?.
¿De verdad buscáis la paz
y veláis por sus vidas miserables?.
Una mentira falaz
debajo del antifaz
que cubre vuestros rostros implacables.
Mas, la voz de la conciencia
machacará en la noche vuestros sueños
pidiendo a gritos clemencia
y que volquéis la existencia
en la vida infeliz de esos pequeños.
Y veréis sus cuerpos muertos
en trágico desfile ante de vosotros
colgando sus brazos yertos
en dramáticos conciertos
gritando con voces mudas sin rostros.
Veréis caras famélicas
meterse cada noche en vuestros ojos
con sus muecas patéticas
y formas esqueléticas
grabando en vuestras mentes sus despojos.
¡Ay, ricos y poderosos!;
no habrá en el mundo esa paz de la que habláis,
no podréis estar gozosos
ni sentiros orgullosos,
si antes, dentro de vosotros, no la halláis.

Sin Comentarios.

Responder

Mensaje