LA HOSPEDERÍA DE DOÑA ANDERAZO

POR EDUARDO JUÁREZ VALERO, CRONISTA OFICIAL DE SAN ILDEFONSO (SEGOVIA)

ensayo(18)

Andaba hace unos días el que suscribe gastando unos vinos con mi compadre, el Sr. Bellette, charlando de mi última investigación entre diplomas y donaciones, construcción de castillos y edificación de señoríos en el medievo, que empezamos a comentar cierto documento custodiado en el maravilloso Archivo de la Catedral de Segovia.

Allí, en la cafetería de Paloma trataba de explicarle lo curioso de un diploma datado en Toledo, el 3 de enero del año 1201, donde se explicaba que una rica segoviana acababa de donar un molino al albergue que, años antes había fundado su marido en la Fuenfría.

La mujer en cuestión, doña Anderazo, ya había aparecido ante mis ojos, tres años atrás, en bellísimos documentos en los que programaba una serie de misas en beneficio propio y de su marido, Gutierre Miguel. Éste, había llegado a ser señor de Moratillas y Espirdo, leal vasallo de Alfonso VIII y, como él, apaleado en la batalla de Alarcos. Típico segoviano, noble servidor del rey, de antigua estirpe campesina y repobladora, se había curtido en las guerras contra leoneses y navarros, garantizando la estabilidad del reino castellano, lo que le reportó no pocos beneficios.

Su riqueza ha de verse en el poderío demostrado al construir el citado albergue de la Fuenfría y la capilla del Espíritu Santo, hacia el año 1187, en la catedral vieja de Segovia, aquella que quedó destruida en el transcurso de la Guerra de las Comunidades. Especulando acerca de los caballeros segovianos, amojonadores, repobladores y destructores de todo lo que amenazara la comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia, no caímos, hasta pasado un buen rato, en la entidad de aquel albergue junto con el molino que, hace ahora ochocientos quince años, acababa de donar su esposa.

Fuente: http://www.eladelantado.com/

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