ALIMENTACIÓN ASTURIANA EN UNA ALDEA GLOBAL

POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

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Fotografía de Juan Antonio Gómez, Centro de Investigaciones Submarinas de Galicia, para el libro ALGAS EN GALICIA (Xunta de Galicia. La Coruña 1993).

Fotografía de Juan Antonio Gómez, Centro de Investigaciones Submarinas de Galicia, para el libro ALGAS EN GALICIA (Xunta de Galicia. La Coruña 1993).

¿Quién no leyó, sonrió y se admiró con las aventuras de aquellos galos -Asterix, Obelix, el druida, el jefe, el trovador, el pescadero, las gentes todas de un pequeño pueblo- que aunaban sus esfuerzos en lucha contra el invasor romano?

Era una COMUNIDAD GLOBAL en un espacio geográfico muy reducido y concreto.

Actualmente nuestro mundo ya se nos hizo pequeño. Las grandes posibilidades de comunicación (escrita, hablada, fotográfica, filmada…) y la velocidad en su transmisión han convertido a nuestro planeta en una «pequeña aldea», en una ALDEA GLOBAL, según la terminología propuesta en 1967 por el sociólogo canadiense Marshall MaLuhan.

Una aldea tan reducida en relaciones sociales y comerciales que tal parece un chigre de pueblo donde se bebe, se juega a la brisca, se ven los partidos de fútbol, se comentan los resultados electorales del momento, se exponen los bandos de la alcaldía y las esquelas de los difuntos… y hasta se sabe de noviazgos, embarazos (previstos o no), bodas en cartel y divorcios inesperados.

Les cuento este «prólogo, prefacio, introducción u obertura» (así iniciaba sus sermones un predicador pelmazo) para que entiendan mi «hallazgo comercial» en tres supermercados diferentes.

En ellos descubrí y compré berberechos y navajas de Holanda, patatas de Francia, espárragos de China (envasados en Mendavia-Navarra), pimientos de Padrón marroquís, doradas de Grecia, filetes de vaca argentina.

Y, ¡oh maravilla!, también adquirí cebollas y ajos españoles.

Por cierto, unos ajos morados, conquenses de Las Pedroñeras (IGP), que bajo el pomposo título de «AJO SANTO» envasa y distribuye la Sociedad Cooperativa de esa localidad, «SAN ISIDRO EL SANTO».

Yo le tengo especial afición a los ajos morados porque con ellos preparo un «ajoperejil» para complementar el guiso de arroz meloso con langostinos y mejillones.

Lo haré para el próximo 15 de mayo, festividad de San Isidro Labrador.

Y ya que hablamos de langostinos, mejillones y aldea global, hoy, para «reincidir» en la promoción de «les algues de Llastres», pese al rechazo visceral de algunos que me criticaron sin piedad y con humor, les sugiero estos «rollitos sorpresa».

Pasen por la plancha unos buenos langostinos y seleccionen su cola. Aparte, abran al vapor unos mejillones grandes y seleccionen su carne.

Corten unas láminas rectangulares de «algues llastrines» (Saccharina latissima) y en cada una, a modo de rollito, envuelvan un mejillón y cola de langostino. Cierren con un palillo, rebocen en huevo y pan rallado y frían en abundante aceite muy caliente.

Emplaten los fritos adornando con discos de naranja.

¡Ah! Y si gustan de más recetas… tengo para «dar, y tomar».

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