EXPOSICIÓN COMISARIADA ENTRE OTROS POR MARÍAOLA SUÁREZ RODRÍGUEZ , CRONISTA OFICIAL DE LA CORUÑA
La exposición se podrá ver hasta el 18 de noviembre
Tal día como ayer, la banda del hospicio tocaba el himno gallego. Era un día especial. Se inauguraba el palacio municipal de María Pita y la comitiva municipal entraba por la puerta de un edificio que con cien años lo recuerda. Los objetos hablan en el hall.
En concreto, 142, la mayoría del archivo municipal cuentan la historia de un bloque que iba a ser más ancho y bajo. Más lineal, pero Pedro Mariño fue adaptándolo sobre el papel a las necesidades de quienes lo iban a poblar. Le puso emblemas sobre la piedra y con una primera remesa de muebles del anterior consistorio, pegado a San Jorge, comenzó su andadura como casa de los coruñeses.
El concejal José Manuel Sande habló en la presentación de lo didáctico de una muestra que se compone de “debuxos, planos, fotografías e documentos textuais para explicar, en dous capítulos, os antecedentes e a edificación do pazo municipal”. Desde los antecedentes, con todos los alcaldes pidiendo a gritos un nuevo ayuntamiento en el siglo XVIII, al proyecto, la iniciativa recuerda las reformas que se realizaron con los años como la puesta en escena de las escaleras de honor por Santiago Rey Pedreira o la ampliación de Rodolfo Ucha Donate.
Sande recordó que con ella se homenajea a todos los nombres que contribuyeron a que sea un símbolo “único”, porque el conservador municipal Jaime Oíza señala que todavía no vio un inmueble de su raza que colocase a cuatro mujeres en la cabecera.
En el salón de plenos, donde late la ciudad, Rosalía, Emilia Pardo Bazán, María Pita y Concepción Arenal vigilan los pasos de los concejales. Junto a ellas, Hércules y Xerión, que son el “érase una vez” de un cuento que se relata en tallas a lo largo del habitáculo. El último pasaje tiene que ver con la declaración de Patrimonio de la Humanidad a la Torre de Hércules.
Comisariada por el historiador Jesús Ángel Sánchez García, el arquitecto Miguel Abelleira Doldán, la archivera y cronista oficial de La Coruña Mariola Suárez y el propio Oíza, se podrá disfrutar hasta el 18 de noviembre para hacerse con anécdotas como cuando se pusieron a la venta los solares de la plaza que lo arropa.
Entonces, los comerciantes y burgueses más pudientes los rechazaban porque pensaban que tan cerca del puerto, la casa olería a pescado. Poco les duró su aversión a invertir en un cuadrilátero, donde el palacio va en sintonía. Continúa los soportales y la arquitectura toda.
El Ayuntamiento es, además, contenedor de la colección gallega más importante de prefilatelia, con cuños de todas las estafetas por los que pasaba un paquete hace tres siglos. Guarda una colección de relojes, donados la mayoría por Antonio Ríos Mosquera, que marcan las horas desde el siglo XVIII, con un bracket del siglo XIX fabricado por Losada, que fue el mismo que le puso minutero al de la Puerta del Sol.
En él, también están retratados todos los alcaldes de frente y perfil, junto a improntas de los mejores pintores con denomación de origen. También los hay de fuera como el depósito del Museo del Prado de Dióscoro de la Puebla pintando la llegada de Cristóbal Colón a América.
De todos estos chascarrillos, de las rehabilitaciones y las cosas inertes que dicen cosas se hace eco una exposición para ponerlos en fila india y que el coruñés los vea. M.G.M
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