
POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

En este momento se conmemoran dos acontecimientos importantes para Zamora, dos eventos que, sin ninguna duda, marcan un cambio definitivo en el ritmo de la sociedad del momento.
El primer acontecimiento destacado desde el punto de vista social es la llegada de la Guardia Civil hace 170 años. El nuevo Cuerpo va a marcar un tono y un ritmo nuevo por su estilo, sus normas y su consigna, el honor, que ha constituido un valor permanente y trascendente a todo lo largo de estos ciento setenta años de nuestra historia, por otra parte muy complicada e inestable como es fácil contrastar. Hoy, sin embargo, podemos afirmar sin temor a error que nuestro Cuerpo de la Guardia Civil es una de las pocas instituciones serias que quedan en nuestra patria. Siempre se recordarán en la historia de nuestra ciudad esos lugares que ocupó desde su llegada a la ciudad, concretamente al Palacio de la Rúa, calle de San Martín y por el otro lado la iglesia de la Magdalena, para pasar posteriormente al monasterio de los Trinitarios junto a la Puerta de San Torcuato, lugar más adecuado para sus servicios aunque allí también tenían la Puerta de San Martín.
En el monasterio de los Trinitarios permanece en la década de los setenta del pasado siglo en lo que era y se conocía como la explanada de la plaza de toros.
Bastante más de siglo y medio de una historia viva y palpitante que sigue marcando ritmos, llegando siempre y estando presente allí donde se le llama y debe estar, una celebración que nos alegra y nos honra a la vez.
Otro acontecimiento de trascendental importancia para la ciudad es la llegada de ferrocarril a la ciudad, hecho que provocó en todas las estructuras sociales una verdadera revolución, pues imprime en los factores sociales un nuevo ritmo a la vez que abre un inmenso campo de posibilidades que como es natural afectará a todos los servicios y aspectos del comercio y del transporte, clave en nuestra ciudad que es el gran centro comercial de la mayor parte de su territorio, destacando en este acontecimiento un nombre: don Federico Cantero, un nombre que marcará auténticas etapas dignas de recordarse de la historia de nuestra ciudad y provincia como director del citado ferrocarril, pero además como él llegó a Zamora la familia Benlliure y con él se inicia el estudio de la continuación del ferrocarril hacia Galicia que tardará más de cincuenta años en ser una realidad. Su hijo Federico Cantero Villamil es el autor del Salto de El Porvenir de Zamora, primero que llevará a Salamanca y Valladolid la energía. Un miembro de su familia creó la primera fabrica, Ceibe, de pasta para papel con la paja de cereal como materia prima allá por la década del cincuenta del pasado siglo, eterna cadena de la vida que enlaza y sigue hasta el final y todo vino con el tren.
Como final y despedida de siglo XIX también en 1864 se trazó y marcó definitivamente con sus marras o mugas la actual Raya.
Tres hechos que han marcado la historia de nuestra provincia y eso, a pesar de la crisis del 98.