POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

Amigo Paco (Iglesias Carreño), te quedas muy corto con tu «no» a Villalar. Creo que hay que ir mucho más allá y extender ese «no», un «no» con mayúsculas, radical y sin contemplaciones de ningún tipo, a nuestra base constitucional, amén de reducirla sensiblemente y limpiarla y purificarla, incluso en su lenguaje para hacerla más comprensible a todos los ciudadanos, incluidos los más pequeños, los escolares.

Espero, amigo Paco, que esa nueva Constitución que esperamos sea una realidad lo antes posible y haga desaparecer los diecisiete minifundios geopolíticos que han multiplicado por más de veinte los gastos de la Administración, mientras nuestro vecino del Norte reduce sus departamentos de veintidós a trece, magnífica lección de un gobierno que se actualiza, reduciendo considerablemente sus gastos en beneficio de todos y haciendo más práctica y económica la administración del Estado. Ha logrado, además, acabar con esas tensiones decimonónicas absurdas, caras y desprovistas de todos sentido.

Aquí se han repetido las situaciones límites por definir las competencias de unos y otros, poniendo en riesgo la convivencia de todos. Resulta absurdo enfrascarnos en conflictos domésticos porque lo que hacen es debilitar al estado en su conjunto.

Debemos ser conscientes de que la situación actual es muy difícil de mantener porque resulta cara y, además, desgasta a las distintas regiones, creando conflictos donde antes no los había.

Se están dando situaciones desordenadas, que están arrastrando al sistema. Volvemos, además, a vernos arrastrados por la corriente que forman centenares de siglas de formaciones políticas de todo tipo que crean un auténtico botellón festivo electoral.

Amigo Paco, «no» a Villalar ni a todo esto. Tampoco a lo que se ve venir, que apunta a que puede ser de color pardo.

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/