POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

Sayago constituye una referencia permanente, comenzando por su geología, siguiendo por la geografía en todos sus campos y materias, y terminando por el paisaje humano. Todo formado en ese escenario único y perfectamente definido y cuyas características podemos definirlas y sintetizar por su tenacidad y constancia. Duro y sufrido, síntesis perfectamente sincronizada.

El programa organizado por el Ayuntamiento y la Asociación Cultural La Mayuela, auténtico símbolo de esos valores culturales profundamente arraigados en el alma del sayagués, ha constituido una auténtica campanada de llamada sobre detalles, temas pendientes, personas y recuerdos que están vivos y silenciosos en el fondo de los arcones de los recuerdos; pero junto a ellos están llamando la atención de cara a ese futuro que está tocando a la puerta.

Hoy y en honor a La Mayuela y su programa quiero recordar a tres sayagueses, tres nombres, tres historias y tres lecciones, cada una en su campo y su estilo pero los tres dentro de esa constancia, tenacidad, dureza y sufrimiento. El primero de ellos es Francisco Santos Santiago, sacerdote. Estudió en el seminario de San Atilano de Zamora y cursó estudios superiores en Salamanca. Su primera y última parroquia fue la del Salvador de La Tuda y Las Enillas. Y en noviembre del 1925, él deja caer sobre mi cabeza el agua bautismal y días después marcha al Seminario de Misiones de Burgos. Está claro que su vocación es la misión y así lo demuestra a través de una gigantesca por su extensión intensidad y extraordinaria calidad en la Misión de San Jorge en Colombia.

Escuelas parroquiales, institutos, emisora de radio, la puesta en marcha en sus parroquias de toda clase de instituciones religioso-sociales alcanzaron tal grado de proyección que ha constituido un hito en la historia de Colombia.

Serían necesarias miles de páginas para describir con cierto rigor la labor desarrollada por este ilustre sayagués que, consagrado obispo, volvió a su tierra para decirle adiós y regresar a su misión.

El día 27 de julio del 2009, nuestro diario publicó una detallada cronológicamente información sobre este destacado sayagués.

En esta ocasión quiero recordar a otro sayagués que desde otro campo supo definir con el título de su obra, «Alma sayaguesa», el ambiente, detalles y facetas de la tierra constituyendo una de las aportaciones literarias reconocidas de sus hijos, Ricardo Ballesteros. Y, ya dentro de nuestra generación, no podemos olvidar a Justo Alejo que desde el campo de la poesía y del pensamiento nos legó una rica aportación literaria llena de matices y sugerencias dignas de recordar y tener siempre presentes. Él en este campo es otro hito a recordar con calor y sentimiento por su autenticidad y su intensa proyección futurista. Quede en estas breves citas un enlace y una aportación positiva a la misión que pesa sobre la Asociación Cultural La Mayuela, hoy por hoy auténtica alma sayaguesa.

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es