SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA

POR JOSÉ ANTONIO AGÚNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE MALPARTIDA DE CÁCERES

Celebramos hoy a Santa Ana y San Joaquín, padres de María y, por tanto, abuelos de Jesús. Santa Ana, más que San Joaquín, goza en Malpartida de gran aprecio popular pues a su devoción se dedicó una de las cinco ermitas de la localidad situada a la entrada del Real de las Eras, en el sitio conocido como La Cañada, por lo que a la llamada de su esquilón acudieron muchas generaciones de labradores malpartideños para que, antes de comenzar sus faenas diarias, se pusieran a bien con Dios asistiendo al oficio de alba. La ermita data, seguramente, del siglo XVI aunque sufrió reformas importantes en el siglo XVIII cuando se le dotó de una capilla mayor cúbica y una cubierta cupulada. En su interior se albergan dos imágenes de la Santa con la Virgen Niña: “Santa Ana la Vieja”, probablemente una talla del XVII y “Santa Ana la Nueva” que debió ser adquirida en el siglo XIX por creerse que la talla antigua estaba vieja y desfasada.

Desde que en 1584 la fiesta de Santa Ana quedó fijada el 26 de julio, su culto se extendió por todo occidente –más que el de San Joaquín, su esposo-. Santa Ana es patrona de las parturientas –patronazgo compartido con San Ramón Nonato de quien también se conserva en nuestra iglesia parroquial una imagen-, de los abuelos y la tercera edad, de las mujeres que desean tener hijos, de las amas de casa –por eso la asociación malpartideña la festeja como patrona ofreciéndole una misa en su fiesta anual-; es, además, patrona de las costureras –que le imploran no pincharse con la aguja-, e incluso de las personas que hacen puntillas –quizás también a eso sea debido que tantas mujeres mayores de la localidad sepan laborar en estos menesteres- pues dice la voz popular que ella enseñó con sus manos este oficio a su hija, la Virgen. Y finalmente, Santa Ana Bendita es patrona, nada más y nada menos, que… ¡de los futbolistas malpartideños!, pues en las inmediaciones de su ermita se construyó allá por 1971 el campo de fútbol que por su proximidad también recibió el nombre de “Santa Ana”. Desde entonces, el Club Polideportivo Malpartida –recordado por sus muchos éxitos-, la puso bajo su advocación y fueron muchas las temporadas que se iniciaron con la presentación del equipo el día de la festividad de la Santa. Así pues, a Santa Ana se le rezó mucho en las tardes de los domingos para que el “Malpa” jugase bien y se le ofrecieron los logros deportivos cuando el equipo consiguió algún importante trofeo o clasificación. Y del mismo modo, hubo en Malpartida un taller de empleo, y hay una urbanización de viviendas y una residencia de ancianos que portan con orgullo su nombre. Por eso, además de a los que se llaman Joaquín y Ana -entre ellas mis dos abuelas, mi hermana y muchas de mis primas- debemos hoy felicitar también a las parturientas, los abuelos, las amas de casa, las costureras –sobre todo las que saben hacer puntilla-, y no digamos a los futbolistas del Malpa.

Finalmente os digo que la magnífica foto que acompaña este escrito -que ya nos cuidaremos en otro momento de ampliar pues se quedan muchas cosas en el tintero-, recoge una vista de la Procesión dedicada a la Santa a finales de los años cuarenta o principio de los cincuenta. Está tomada en la antigua calleja de Santa Ana -hoy Avenida Barjola- a la altura del Corral Concejo, donde se encuentra actualmente la Guardería Municipal-. Como se puede apreciar, todavía los Arcos “de Santa Ana” estaban en su sitio, y nada había construido aún en los huertos de “los Castañeros”. Una auténtica joya que debemos a la amabilidad de nuestro querido amigo Alfonso Barriga a quien se la cedió su dueño Plácido Morán. Gracias a ambos por compartir con todos este tesoro.

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