TORREVIEJA… UN PUERTO DE NUNCA ACABAR (33)

POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA

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Año 1934.Fotografía aérea de Torrevieja con el dibujo del muelle de poniente proyectado.

Fotografía aérea de Torrevieja con el dibujo del muelle de poniente proyectado.

Fotografía aérea de Torrevieja con el dibujo del muelle de poniente proyectado.

Playa del arenal entes de realizar las obras de relleno.

Playa del arenal entes de realizar las obras de relleno.

Playa del arenal entes de realizar las obras de relleno.

Playa del arenal entes de realizar las obras de relleno.

Obras construcción del dique de levante.

Obras construcción del dique de levante.

Obras construcción del dique de levante.

Obras construcción del dique de levante.

Visita del ministro de obras públicas Jorge Vigón a las obras del muelle de poniente (27 de marzo de 1958).

Visita del ministro de obras públicas Jorge Vigón a las obras del muelle de poniente (27 de marzo de 1958).

En el Consejo de Ministros, celebrado el 14 de junio de 1952, se aprobó el expediente sobre la inclusión de las obras a realizar, con cargo a empréstitos, de las relativas del dique de Poniente y muelle de la sal, en el puerto de Torrevieja.

En junio de 1956, para dotar de mayor amplitud al recinto donde se instalaba la feria de verano, se hicieron con gran celeridad los trabajos de relleno de la zona de la playa próxima al paseo llamad entonces avenida del 18 de Julio, en su parte cercana al edificio de la Aduana. Aquel año hubo numerosas peticiones de espacio para casetas y tracciones, entre las que destacó un gran carrusel. Al mismos tiempo se llevaron a efecto, aceleradamente, los trabajos de dragado del muelle Mínguez, para arrancar una enorme losa en la que encallaban las embarcaciones pesqueras de mayor calado, sobre todo cuando intentaban atracar con cargamento de pescado, teniendo que actuar un buzo para conseguir la desaparición del obstáculo.

En diciembre, una avería en la grúa de descarga del muelle de poniente permitió el descubrimiento de un importante alijo de contrabando, valorado en varios millones de pesetas. Se trataba de piezas de recambio para automóviles y cristalería fina.

El personal al servicio de la grúa, después de su avería, al observar ciertas maniobras sospechosas en el velero ‘Cristo de la Buena Muerte’, pusieron en conocimiento del ayudante del ingeniero de Obras Públicas de este puerto las anomalías advertidas Al personarse éste en el muelle, y después de comprobar lo fundado de las sospechas, dio orden dio orden de suspender la descarga e inmediatamente se puso en contacto telefónico con su padre, comandante de Fortificaciones y Obras de Cartagena, Mariano García y Bernardeau, el cual ordenó que no permitiese la descarga hasta tanto se inspeccionaran las cajas, y recabase la autoridad militar de la plaza la colaboración necesaria para el esclarecimiento del delito que se estaba cometiendo.

Horas más tarde, en presencia de la autoridad militar, y a requerimiento del comandante de Fortificaciones y Obras de Cartagena, se abrieron al azar varias cajas que estaban en el muelle, comprobándose que se trataba de un valioso cargamento de piezas de repuesto para automóviles: bujías, cojinetes, piezas diferenciales, etcétera. Las autoridades competentes se hicieron cargo del velero, procediendo a las investigaciones pertinentes y oportunas al caso.

Al carecer los pescadores de muelle para sus embarcaciones, sufrían directamente esa situación, al ver que sus barcos no podían atracar para saltar a tierra el pescado y subir a bordo las redes, combustible y todo lo propio de la embarcación, y, si lo hacían, a base de penosas maniobras en el antiguo y con quebranto material para sus embarcaciones.

En marzo de 1957, se desplazaron a Torrevieja varios ingenieros de Dragados y Construcciones S.A., al objeto de examinar sobre el terreno lo que iba a ser el puerto pesquero de Torrevieja, salido a subasta en días anteriores. Se entrevistaron con el alcalde Manuel Tarín a fin de requerirle información de orden técnico acerca del lugar donde podrían proveerse de material para hacer el relleno del puerto. El importe de las obras ascendía a doce millones de pesetas.

También en el mes de marzo, fueron aprobadas las obras para la construcción de dique que recibiría el nombre de Muelle de la Sal. En sus obras se debían invertir treinta millones de pesetas, siendo también encargadas a la empresa Dragados y Construcciones S.A.

Con su construcción quedaría resuelto el antiguo problema –grave inconveniente-, de carga a base de barcazas, operación que debía de realizarse teniendo en cuenta el calado de los buques, generalmente superior a las diez mil toneladas.

El jueves, 27 de marzo de 1958, visitó Torrevieja Jorge Vigón, ministro de Obras Públicas, acompañado de los altos cargos de su Ministerio, del gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, presidente de la Diputación, alcalde de Alicante, comandante de Marina, presidente de la Junta de Obras del Puerto, jefe de Obras Públicas, gobernador civil de Murcia, y otras personalidades.

La comitiva ministerial visitó en primer lugar el muelle de poniente o de la sal. Por el director general de Puertos, Gabriel Roca García, y el director del Grupo de Puertos, Martí Oviedo, fue informado el ministro de las principales particularidades de las obras que se estaban llevando a efecto, así como de su vital importancia y volumen económico, pues la obra de abrigo aprobada tenía un presupuesto que se elevaba a cien millones de pesetas; correspondiendo cincuenta millones a las obras del contradique, ocho millones al muelle pesquero, encontrándose pendiente de subasta el resto. El ministro tuvo ocasión de presenciar los trabajos de relleno y dragado en roca.

(Continuará)

Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 23 de abril de 2016

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