EL COLEGIO DE CRISTO REY 110 AÑOS ENTREGADO A VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN) V

POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DE LOS INFANTES (JAÉN)

Madre Asunción y alumnas.

Las opiniones de antiguas alumnas. Su visión de los primeros años de la Fundación

A pesar de iniciarse como orfanato, la falta de escuelas en la localidad y las peticiones de numerosos padres motivaron que se impartiesen clases para alumnas externas.

Doña Mercedes Bueno Frías, perteneció a una de las primeras promociones. Su magnífica memoria me ofreció su testimonio: “La figura de la madre Salud, pequeña, que era portera y sacristana. La Madre Milagros, profesora, natural de Granada, poseía un gran saber. La madre Concepción, sevillana, dominaba de forma magistral el piano y cantaba muy bien. Su padre, que era confitero le había trasmitido sus conocimientos de elaboración de dulces y ella los hacía en el colegio, e impartía esta enseñanza a las madres de las alumnas. La madre Rosario cantaba y pintaba muy bien. Se le notaba cierta elegancia y empaque. La madre Fernanda, daba clase a los párvulos de las alumnas gratuitas. La madre Pastora Pérez ejercía como Superiora. La madre Victoria preparaba a las alumnas para el Bachillerato, desplazándose hasta Granada para examinarse en el Instituto.

La entrada al centro estaba normalizado el saludo: “Cristo Reina”, respondiendo la religiosa de la portería “Por siempre en nuestros corazones”.

Doña Mercedes me aportó una foto de 1915 de un grupo de alumnas y recordaba el nombre y apellidos de la mayoría de ellas.

Curso de mecanografía.

La madre Mercedes del Moral Cañabate. Estudió aquí, tras los párvulos, cultura general y labores. Como libro de lectura utilizaba “La buena Juanita”. Hizo la primera comunión junto a su hermana Ángela. Después de la ceremonia religiosa entraban a uno de los salones, donde los padres habían enviado algunos dulces y allí desayunaban todos. Recordó como Superiora a la madre Salud, madre María, Madre Florentina. Conoció varias generaciones de religiosas y compañeras. Finalmente el periodo de guerra sale a escena, indicando que el alcalde Manuel Rubio, les pidió a las religiosas que vistiesen como seglares y las respetaron.

Doña Inés Carrascosa, en nuestro encuentro me llamó la atención su memoria prodigiosa y una singular lucidez, a pesar de su avanzada edad: “Ingresé en Cristo Rey como interna a los cinco años; había pocas alumnas internas de pago, a mí me asignaron el número cinco, una de mis compañeras Dolores Zapata era de Granada.

La madre Inés que estaba en algunos periodos en este Colegio fue para mí una santa, llena de humildad. A veces me tomaba de la mano y nos íbamos a ver “los bichos”, que eran los animales que cuidaban; vacas, conejos, gallinas y cerdos”.

Nos habla de la superiora, madre Pastora; madre Natividad que impartía dibujo; madre Concepción una artista con el piano que enseñó a numerosas alumnas y en las fiestas interpretaban algunas melodías, bien solas o a cuatro manos. Recuerda a las madres Rosario, Milagros, Bernarda, Fernanda, alta, que se responsabilizaba de los dormitorios, la madre Salud, portera y sacristana, que trasmitía una gran bondad para todas las alumnas; las hermana Rafaela y Natividad con gran habilidad con las máquina de punto.

Narra algunas travesuras en los dormitorios; las comidas que eran excelentes, pero que a ella le costaba comer; hizo un repaso por las instalaciones, capilla, imágenes, dormitorios, el horno de pan, lavadero con cuatro albercas… el perro Chusco , que se adueñaba de los jardines durante la noche como un excelente guardián; de Andrés, que se ocupaba de las labores de la huerta .Solamente tiene palabras de agradecimiento y alabanza para todas las religiosas, y como inolvidable su periodo en Cristo Rey.

Representación Los cocineros.

Adquisición de nuevas imágenes

La destrucción de todas las imágenes motivó la adquisición de otras nuevas para la capilla.

Olot fue una de las localidades que mayor número de imágenes llevaron a las iglesias y hermandades de toda España. Se adquirió una imagen de Santa Cecilia y un Vía Crucis de la casa “Anónima Mato”.

El párroco D. Melchor Rodríguez bendijo estas imágenes para su entronización en febrero de 1943, asistieron el Padre Trinitario Fray Joaquín Vergara Pérez y la madre Superiora, Madre Cecilia.

Alumnas de los años 50

He de evocar el encuentro celebrado una tarde otoñal entre un café y un sabroso pastel elaborado por Ángela del Moral, con Francisca Tamargo, y Josefina Fernández-Arroyo.

Me hablaron de una enseñanza muy avanzada con grupos de alumnos por diversos niveles según conocimientos. En clase el libro utilizado era la Enciclopedia Álvarez. Las materias instructivas por la mañana y las labores por la tarde.

El profesorado estuvo compuesto: En párvulos, la madre María Josefa; en primero la madre Amadora, en segundo la madre Matilde, a la que alabaron por su forma extraordinaria de preparar a las alumnas, y en tercero la madre Caridad. Unos lazos servían para identificar a las mejores alumnas; el de religión era un lazo blanco y azul o rojo para otras materias.

Recuerdan la festividad de Cristo Rey con un solemne triduo al que debían asistir con un velo largo de gasa blanca y portando la medalla de C. Rey. Por las tardes se realizaban las representaciones teatrales: “Las pequeñas hormiguitas de San Juan “, con sencilla vestimenta que ellas elaboraban. Las alumnas mayores interpretaban diversas canciones, con música y letra suyas, acompañadas al piano por Pilar Martínez. Recuerdan con gran cariño las representaciones de “La estrella de los mares”, “Fabiola”, que sirvió de motivo para participar con una carroza en la Fiesta del Aceite.

Resaltan la importancia de la Caligrafía, con su pluma de palillero y tinta; tras la madre Esperanza, llegaron la madre Amadora y madre María Luisa Huertas.

En 1953 inician los estudios de Bachiller, formando el profesorado una licenciada llegada de Granada, la señorita Trini, la madre Esperanza, que impartía alemán y francés y D. Lorenzo Charriel, párroco, que enseñó latín y religión.

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