POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Jornadas de Historia dedicadas a la “Música en la Historia”. Resumen de la comunicación que he presentado: “La borrasca desamortizadora de Mendizábal trajo la exclaustración de los monjes jerónimos de la Real Casa de las Villuercas. El esplendor de siglos de música en las celebraciones litúrgicas entró en declive tras la desaparición de un gran número de obras de su archivo. José F. Fogués Cogollos, canónigo y deán de la catedral de Coria y fundador de la Revista Guadalupe, en repetidas ocasiones, había dicho que la salvación del monasterio dependía de la instalación de una comunidad religiosa.
La llegada, el 7 de noviembre de 1908, a Guadalupe de los franciscanos, fue el principio de coser y restañar las heridas que los años habían dejado. Los franciscanos priorizaron las urgencias que la Real Casa precisaba con un plan de restauraciones. Fijado éste, los religiosos pusieron su mirada en recuperar la música, evocando épocas de celebridad y fama. El 22 de junio de 1923 acordaron la compra de un órgano monumental eléctrico para la iglesia mayor. El nuevo órgano fue proyectado por el insigne organero Alberto Merklin y Stein (1892-1925), de origen franco-alemán, afincado en España, siendo construido por la casa Walker. Fue inaugurado en la Misa solemne del 8 de septiembre de 1924, Fiesta Mayor de la Virgen de Guadalupe, siendo calificado de un acontecimiento extraordinario. El órgano ha tenido algunas restauraciones: en 1958, con una consola nueva de cuatro teclados. También se intervino en él en 1992 y 1995”.
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