LA HUERTA DEL CONDE

POR FERNANDO JIMÉNEZ BERROCAL, CRONISTA OFICIAL DE CÁCERES

Escribir en Cáceres sobre la denominada Huerta del Conde es hacerlo sobre un vetusto edificio, situado en la cabecera de la Ribera del Marco, que a lo largo de su historia ha tenido diferentes usos. Esta construcción señorial, que debe su denominación a uno de sus múltiples propietarios, el Conde de Adanero, empezó siendo una vivienda campestre, para esquivar los calores estivales de la vieja villa, envuelta en la frescura que aportaba un espacio rural bendecido por huertos y jardines, que se beneficiaban de la única corriente de agua cercana a la ciudad. Así perduró durante siglos. Aunque sus fines fueron variando, en la medida que su mantenimiento era cada vez más costoso y las aristocráticas familias propietarias también permutaban sus hábitos, en lo referente a otras maneras de escapar de los ásperos veranos cacereños.

El 20 de mayo de 1945, el Marqués de Castroserna, Luis Jordán de Urries y de Ulloa, propietario de la Huerta del Conde, se dirige al ayuntamiento cacereño solicitando autorización para abrir al público lo que él denomina un ‘Parador de Turismo’. Parador que ya había sido declarado de interés nacional por la Dirección General de Turismo. También solicita instalar en el establecimiento un Café-Bar Restaurant, con una sala de fiestas, que piensa inaugurar durante las ferias de la ciudad, con motivo de celebrar en la misma Huerta del Conde el concurso hípico que era tradicional dentro del programa de ferias locales. En tiempo record, tanto el Ayuntamiento como el Gobierno Civil conceden la licencia de apertura para el nuevo local hostelero, en función de cumplir con las normas de higiene y seguridad exigidas.

La prensa local se hace eco de la apertura de los salones del nuevo Parador de Turismo en forma de esquelas publicitarias, donde se anuncia la gran inauguración que se ha programado para el sábado 26 de mayo de 1945 a las 9 de la noche. Actuarán tres grandes orquestas, habrá servicio de bar “montado con todo lujo y detalles”, entrada libre y hasta servicio de autobuses. Toda una novedad para las ferias locales y para la alta sociedad cacereña. Del mismo modo se informa, que se ha construido un campo de fútbol donde se puede practicar el tiro de pichón, así como celebrar el concurso hípico. El mismo sábado también se inaugura la capilla del nuevo edificio, presidida por una talla en madera de la Virgen de Guadalupe. Las crónicas locales lo ensalzan como “un rincón romántico del ayer” que ha pasado a ser “un hotel de turismo hoy”. Según la prensa de la época todo fue según lo previsto y tanto los bailes como los espectáculos ecuestres gozaron de un éxito indiscutible, con la asistencia de “muchísimo público”, convirtiendo la inauguración de este espacio festivo en la principal sensación de aquellas ferias de 1945.

Desconocemos los motivos por los que en menos de un año el pretendido Parador de Turismo de la Huerta del Conde pasó al ostracismo local. Lo cierto es que las siguientes ferias de San Fernando, 1946, son ajenas a cualquier mención o programación festiva en este espacio a excepción del concurso hípico. En las ferias de 1946 el mayor acontecimiento cultural serían las dos actuaciones en el Cinema-Teatro Norba de la Orquesta Sinfónica de Madrid, dirigida por Ernesto Halffter. Del pretendido Parador de Turismo nunca más se supo. La renovada Huerta del Conde, continuó siendo testigo vivo de viejas aspiraciones hosteleras. Aspiraciones que en el presente pretenden volver a proporcionar esplendor a este histórico inmueble cacereño. H

*Cronista oficial de Cáceres

FUENTE: https://www.elperiodicoextremadura.com/caceres-local/2022/11/30/huerta-conde-79319268.html

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