CON MARÍA JOSEFA SANZ FUENTES ES CRONISTA OFICIAL DE AVILÉS (ASTURIAS).
Han sido años de larga espera (casi dos décadas, de hecho), pero el de Froncea, considerado el último Cartulario inédito de la Edad Media, ha sido por fin publicado. El Instituto de la Lengua y la Real Academia Española avalan la edición, que según ha sabido este periódico se presentará en breve con todos los honores. El manuscrito original, que se conservaba en la biblioteca de la Universidad de Oviedo, está compuesto por 107 documentos que van desde el siglo X hasta el XIII, y su importancia radica en que recoge -como sucede con Valpuesta y en fechas coetáneas- los primeros balbuceos escritos del español, lo que viene a subrayar el protagonismo de la provincia de Burgos en los orígenes de esta lengua. David Peterson es uno de los principales autores del estudio que acompaña esta publicación junto con María Josefa Sanz Fuentes ySonia Serna Serna.Además, la obra cuenta con prólogo de José Antonio Pascual, de la RAE, y de GonzaloSantonja, actual consejero de Cultura de la Junta de Castilla y León que fue, durante años, director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua.
La primera referencia a San Miguel de Froncea data del año 931 según afirma Peterson, cuando un matrimonio dona al monasterio y a su abad Íñigo una docena de tierras en el territorio de Burgos. «Al año siguiente se documenta la adquisición y delimitación de la dehesa que circunda el propio monasterio. Este segundo texto nos informa de la consolidación y confirmación de la abadía, pero no menciona su fundación, y por lo tanto debemos entenderlo como una entidad ya operativa, y según el testimonio de Froncea 14, ya en 931 con un ámbito de operación bastante extenso», recoge el historiador y profesor de Medieval de la Universidad de Burgos en su estudio ‘La trayectoria histórica de Froncea y Oca’.
«Si tenemos en cuenta que al contemplar los textos del cartulario estamos ante copias de copias que probablemente hayan sido retranscritas de una letra visigótica original, quizás no debe extrañar encontrarnos con algunos errores de transmisión. Admitido esto, en general la escala y el alcance modestos de estos textos no levantan excesivas sospechas sobre su autenticidad. En ocasiones aparecen un giro retórico o un uso léxico sorprendentes, pero el contenido de la mayoría de estos textos tempranos rezuma autenticidad».
En 974 está fechada una referencia que dice textualmente (en alusión a una donación a la abadía): de rex mobile cauallo et uobes et duas bacas cum suo annoio et colmenas cum auejas et orto cum suos pomerios et II ferragines conclusas et II agros. La donación no posee importancia histórica en sí misma; lo trascendente es lo que dice, esa frase -colmenas con abejas- ya es castellano. Son textos coetáneos a los de Valpuesta y Cardeña, como defiende el investigador. El estudio sobre Froncea, como ya adelantó este periódico hace algo más de un mes, no va a revolucionar nada, pero sí va a reforzar la tesis de que los primeros testimonios del castellano se registran en varios puntos de Castilla: Valpuesta, Cardeña, Arlanzón.Se trata, en suma, de documentos desconocidos sobre la historia de Castilla. Los primeros, sobre la época condal, anterior a los reyes de Castilla, son los más novedosos».
Se desconoce la fecha de fundación del monasterio porque no existe documento alguno, hecho que Peterson cree que se puede explicar por la desaparición de los cuatro primeros folios del códice, pero puede afirmarse que floreció «desde muy pronto, estableciendo un dominio extenso ya para mediados del siglo X, pero parece relativamente inactivo en las décadas centrales del siglo XI, antes de su agregación a Burgos en 1068». Así, el historiador sostiene que lo más probable es que la abadía de Froncea se fundara a comienzos del siglo X