POR SILVESTRE DE LA CALLE GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE GUIJO DE SANTA BÁRBARA (CÁCERES).

Visitación Hidalgo Burcio, acaba de cumplir 96 años, convirtiéndose así en la vecina viva más longeva de la localidad.

Nacida el 14 de diciembre de 1929 en Navalmoral de la Mata, pueblo natal de su padre Constantino Hidalgo del Monte, se trasladó con sus padres y su hermano a Guijo de Santa Bárbara, pueblo natal de su madre Benigna Burcio de la Calle, en 1937 a causa del bombardeo que arrasó Navalmoral de la Mata durante la Guerra Civil Española.

Sus padres fueron cabreros trashumantes que en primavera bajaban con las cabras a las dehesas del Campo Arañuelo cruzando el caudaloso río Tiétar con las cabras montadas en una barca, para regresar en verano a Guijo de Santa Bárbara donde Constantino regentó una carnicería y Benigna fue guisandera o cocinera profesional en bodas y otros eventos. Con el tiempo, sustituyeron las cabras por vacas lecheras.

En 1951 Visitación contrajo matrimonio con Antonio Leandro de la Calle Jiménez (1924-2022) cartero rural, vaquero y labrador, con el que tuvo 4 hijos llamados Alonso, Inmaculada, María Antonia y Raquel.

Como la mayoría de las mujeres de su época, Visitación “no trabajó” y se dedicó a sus labores, haciéndose cargo de las tareas domésticas en aquellos años en los que las casas carecían de comodidades, del cuidado de niños y mayores de la familia, del cuidado de los pequeños animales como cerdos y gallinas y ayudando a su marido en las faenas del campo que requerían mucha mano de obra como las labores relacionadas con el cultivo del tabaco, la cosecha de patatas, castañas y aceitunas, la recogida del heno, el cuidado del ganado….

Cuando los mayores de la familia fallecieron y sus hijos se independizaron, Visitación cuidó de sus nietos y finalmente de su esposo.

A día de hoy, con 96 años recién cumplidos, es una mujer autónoma y absolutamente independiente que sigue realizando las labores domésticas y saliendo a la compra, a pasear y a Misa, dedicando su tiempo libre a la lectura que, junto con la costura, ha sido siempre su gran afición.

Con una salud envidiable y una memoria prodigiosa, Visitación Hidalgo Burcio es una auténtica cronista local recordando nítidamente vivencias de casi un siglo. Sin personas como ella, la labor de los cronistas sería muy ardua pues conservan en su memoria cosas que nunca se plasmaron en papel alguno porque pasaban de generación en generación al amor de la lumbre. ¡Felicidades, Visitación Hidalgo Burcio! ¡A por los 100 años!

FUENTE: S.DE LA C . G.