POR SILVESTRE DE LA CALLE GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE GUIJO DE SANTA BÁRBARA (CÁCERES)
Estamos en temporada de matanzas, aunque cada vez se realicen menos, por lo que es una buena época para hablar de una curiosa costumbre de Guijo de Santa Bárbara (Cáceres) que, aunque también era común en otros muchos pueblos, aún sigue en la memoria de muchos guijeños.
Se trata de vender el jamón para comprar el cochino, nombre con el que se designa al cerdo en esta población cacereña.
Antiguamente pocas familias tenían el suficiente espacio y los recursos necesarios para mantener y alimentar cerdas de cría, verracos y cochinos de varias edades por lo que lo más frecuente era comprar 1 ó 2 cochinos para realizar la matanza. Algunas familias compraban en el otoño cochinillos recién destetados que eran muy baratos y los iban engordando poco a poco hasta finales del año siguiente.
Otras familias preferían comprar el cochino o cochinos cuando ya estaban bastante crecidos en la primavera, el verano e incluso el otoño previos a la matanza pero estos animales eran tan caros que muchas familias no podían pagarlos con facilidad pese a que los criadores vendían a fiado dando grandes facilidades de pago. Lo más habitual en estos casos era
vender un jamón de la matanza anterior o uno ya perfectamente curado de años anteriores e invertir el dinero en la compra del cochino para la próxima matanza. En ocasiones, el propio jamón era entregado como pago al criador de cochinos que luego lo revendía fuera del pueblo obteniendo así grandes beneficios.
Así, al hacer la matanza, se despiezaba cuidadosamente al cerdo y se separaban todas sus piezas para elaborar los diferentes embutidos como las morcillas frescas, las morcillas de calabaza, las morcillas de verano, los chorizos, los salchichones, los chofes…mientras que otras piezas como el tocino y los jamones eran salados y secados.
En ocasiones, si las familias eran muy numerosas, los jamones y paletas eran picados para elaborar embutidos magros como el salchichón pero lo habitual era salarlos y colgarlos a orear en un lugar seco y bien ventilado para luego pasar a la bodega de la casa donde permanecían hasta su consumo o venta para comprar el cochino.
El jamón era un producto poco consumido en Guijo de Santa Bárbara, reservándose para las bodas y otros acontecimientos especiales. Se prefería vender los jamones para comprar el cochino, como ya hemos dicho o para comprar otros productos frecuentes en la alimentación cotidiana como los garbanzos o la carne de cabra entre otros.
FUENTE: Más información: https://elcuadernodesilvestre.blogspot.com/2025/12/vender-el-jamon-para-comprar-el-cochino.html