POR ANTONIO SÁNCHEZ DEL BARRIO, CRONISTA OFICIAL DE MEDINA DEL CAMPO (VALLADOLID).
Después de años de parálisis y un sinfín de quejas vecinales, el histórico reloj de la Colegiata de San Antolín, en plena Plaza Mayor de la Hispanidad, volverá a marcar las horas con precisión antes de que termine 2025. Así lo ha confirmado el Ayuntamiento de Medina del Campo, que está a punto de culminar una restauración integral de esta joya patrimonial.La actuación, presupuestada en 38.000 euros, ha incluido tanto la puesta a punto del sistema mecánico, que llevaba tiempo funcionando de forma irregular, como la restauración de sus icónicos maragatos, las figuras que golpean la gran campana “Santa María” y que son parte inseparable del alma del reloj.
Además de devolverle su uso cotidiano como reloj horario, los trabajos han abarcado la revisión estructural del conjunto y la recuperación de piezas deterioradas. La previsión municipal es que el mecanismo esté plenamente operativo antes de que acabe el año, con los maragatos nuevamente marcando el paso del tiempo.
Una tradición que sigue viva… incluso dentro de la campana
Este reloj no solo es una pieza mecánica: es parte viva de la historia local. Lo demuestra una curiosa anécdota recogida por el historiador Antonio Sánchez del Barrio, quien en sus investigaciones sobre las campanas de la Colegiata descubrió un detalle muy simbólico. En el interior de la gran campana “Santa María”, se conservan mensajes manuscritos dejados por aquellos que, año tras año, suben a colocar la bandera de España en la cúspide de la torre durante las fiestas de San Antolín.
Uno de esos mensajes, fechado de forma enigmática como “55’72 asta la bandera”, da cuenta del esfuerzo, la tradición y hasta el humor que los medinenses han grabado —literalmente— en su campanario, convertido en símbolo del orgullo local.