ALDEAS INVADIDAS

POR LUIS MIGUEL MONTES ARBOLEYA, CRONISTA OFICIAL DE BIMENES (ASTURIAS)

La llegada masiva de turistas a los pueblos este verano — en coches, furgonetas, motos e incluso en caravanas— pone en alerta a los lugareños. Dejar el coche mal aparcado en la carretera o atravesado en cualquier caleya, delante de las cuadras, huertas, cocheras, en cualquier esquina, ya forma parte del paisaje rural. En algunos pueblos no puede pasar el camión de la basura, tampoco un camión de ganado, ni por supuesto una ambulancia en caso de necesidad. Ahora que coincide con las faenas agrícolas propias del verano los tractores lo tienen crudo, no saben si a la vuelta de la esquina se encontrarán el paso cortado. Hay un vecino que está de guardia nocturna esperando la llegada de una pareja para evitar que aparquen delante de su cochera para que el padre pueda ir en coche a trabajar.

Hasta el Ayuntamiento tuvo que colocar carteles indicando a los turistas dónde pueden aparcar y dónde no. No tardarán en aparecer carteles, pero rogándoles que se marchen. Los lugareños, de momento, aguantan estoicamente, pero todo tiene un límite, como me decía uno el otro día: «Esto arréglase con multes». Aunque no todo son comportamientos irresponsables, también los hay respetuosos que al menos se dignan en preguntar.

Y termino con lo que puede ser un problema grave de salud a cuenta del coronavirus. Si por un lado tenemos ya de por sí una población envejecida y por el otro lado forasteros sin el menor escrúpulo en los cuales la mascarilla no forma parte de su atuendo habitual, estamos ante un cóctel perfecto para que empiecen a surgir brotes donde nunca hubo. Conozco personas mayores que viven en otros lugares, y que iban al pueblo a hacer alguna labor, que evitan el desplazamiento, y otros que viviendo en él no salen de casa.

Al que venga de fuera siempre será bienvenido, pero no a cualquier precio, solo le pedimos educación y respeto. Llegará el día en que los Ayuntamientos tengan que hacer unos tutoriales por internet dando consejos de civismo. Seguro que a más de uno le vendría bien.

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