POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Este agosto llega con una singularidad, meteorología aparte: tiene cinco sábados, cinco domingos y cinco lunes, algo que, según no sé quién, sólo sucede cada 823 años, de tal manera que pocas personas en su vida terrenal podremos vivir dos agostos semejantes, si esta previsión es fundada, pero, si lo es, ¡qué demonios importa! Dudo que en el Juicio Final nos pregunte San Pedro: “¿Has celebrado algún agosto con cinco sábados, cinco domingos y cinco lunes?, ¿has compartido semejante mes extraordinario con al menos veinte amigos de Facebook que, a su vez, lo hayan compartido con otros tantos y así sucesivamente?”. Lo raro, lo llamativo, sería que agosto tuviera, por ejemplo, siete domingos y ningún lunes, pero los internautas supersticiosos se agarran a cualquier alineación cósmica o del almanaque para invocar la buena suerte, sobre todo para ver si salen de pobres, más que de ignorantes.
Fuente: http://www.lne.es/