EL ACADÉMICO Y CRONISTA OFICIAL DE SEPÚLVEDAD ANTONIO LINAGE CONDE DESTACÓ “SU CAPACIDAD PARA ROMPER TÓPICOS”, PUESTO QUE FUE ÉL QUIEN DESHIZO EL MITO DE QUE EN CASTILLA NO HABÍA LATIFUNDIOS
Rebelde contra las tesis académicas imperantes se convirtió en pionero en la investigación histórica y referente absoluto para otros historiadores. Con carácter temperamental y en ocasiones irritable, Ángel García Sanz fue, sobre todo, una buena persona, amante y apasionado de Segovia y firme defensor, con coherencia, y en ocasiones de forma vehemente, de sus valores progresistas. El próximo 18 de julio se cumple un año del fallecimiento del catedrático de Historia Económica de la Uva, Ángel García Sanz, a los 67 años, y familiares, amigos, discípulos e historiadores de toda España, también algunos llegados de Italia, se dieron cita ayer en la sede de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce para recordar su figura.
“Este es un homenaje que le hubiese gustado mucho a Ángel”, afirmó la alcaldesa, Clara Luquero, instantes antes de comenzar el acto, que reunió a amigos historiadores de referencia a nivel nacional, no solo para recordarle sino también para presentar esbozos de investigaciones inéditas.
“Le hubiese gustado porque le recordamos a él y, a la vez, sembrando el futuro a través de la investigación del pasado”, añadió Luquero, quien subrayó que pese a que García Sanz no era natural de Segovia “se sentía segoviano y dedicó toda su vida a la investigación histórica sobre la tierra segoviana (…) es uno de los referentes en historia económica de nuestro país, especialmente de la Edad Moderna”.
Tras concluir sus estudios universitarios en Salamanca, García Sanz decidió realizar su tesis doctoral en Madrid, bajo la dirección de Gonzalo Anes. Aquel trabajo fue el germen del libro “Desarrollo y crisis del Antiguo Régimen en Castilla la Vieja”, una obra, publicada en 1977, que se considera “fundamental” para entender la historia económica de Castilla.
Después de una corta experiencia en el instituto Andrés Laguna de Segovia, García Sanz ejerció su magisterio en la Universidad Complutense de Madrid y en la Autónoma, para afincarse finalmente en Valladolid, donde en 1982 consiguió la cátedra de Historia Económica.
El profesor de la UVa, Javier Moreno Lázaro, uno de los promotores del acto de ayer, recuerda que García Sanz le dio clase en 1983. “Llegó entonces a una facultad que era un páramo intelectual en buena medida, con 34 años era uno de los catedráticos de historia económica más jóvenes y uno de los más prestigiosos de la UVa”, recuerda Moreno.
“A pesar de su carácter temperamental ejerció un liderazgo académico enorme, se ocupó de buscar directores, tesis doctorales, aprovechó todas sus conexiones y su prestigio exterior….”, añade quien fuera discípulo de Garcia Sanz, de quien destaca también que “amaba profundamente a Castilla y a Segovia, donde pasaba sus mejores días, aquí, en la ciudad, en sus archivos, tanto en el municipal como en el histórico provincial”.
La mayor aportación de García Sanz, recuerda Moreno, consistió en desvelar la entidad y naturaleza de la industria pañera segoviana, que fue en la Edad Moderna una de las más importantes de Europa y de la Corona de Castilla. Fueron también revolucionarios sus estudios sobre la Mesta y la transhumancia y, de hecho, su tesis doctoral sobre la agricultura, manufactura y población en la provincia de Segovia durante la Edad Moderna “fue muy novedosa en su planteamiento”. La industria pañera, la ganadería transhumante y la historia agraria son, a juicio de Moreno, las mejores aportaciones de quien fuera también académico supernumerario de San Quirce, que fue también un gran conocer, añade, “de un aspecto tan complejo, desde el punto de vista jurídico y económico como fue la Revolución Liberal y, en concreto, los cambios de propiedad que se produjeron en la agricultura española en el siglo XIX”.
El académico y cronista oficial de Sepúlveda Antonio Linage Conde también ha destacado de García Sanz “su capacidad para romper tópicos”, puesto que fue él quien deshizo el mito de que en Castilla no había latifundios. Otra muestra de su interés en romper tópicos fue el trabajo que realizó, precisamente con Linage, sobre el cura liberal tureganense Jerónimo García Gallego, que llegó a ser elegido diputado en la II República y acabó exiliado tras la Guerra Civil.
En la memoria también queda su contribución al libro “Manipulación y falseamiento de la historia de Segovia y de Castilla. A propósito de la cuestión autonómica segoviana”, escrito coincidiendo con la época en la que se planteó la creación de una autonomía uniprovincial en Segovia.
Para la alcaldesa, García Sanz fue “el gran investigador de la industria pañera de esta tierra, uno de los grandes historiadores de referencia, puesto que ya en su tesis doctoral marcó el modelo que luego siguieron muchos historiadores de la economía en distintos territorios españoles, fue un pionero”.
Fuente: http://www.eladelantado.com/ – Sergio Arribas