POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

Los tres últimos días de este inquieto abril, otros años de aguas mil y este de aguas escasas, la cocina zamorana con sus creaciones más destacadas y atractivas va a marchar río arriba hasta alcanzar las tierras altas de la Rioja para mostrarse como es, variada y suculenta, en unas tierras que siempre han sido acogedoras y generosas, cruce de caminos.

En Santo Domingo de la Calzada, villa de alcurnia plagada de historia y de vida, se asienta la Escuela de Gastronomía que dirige Francisco Ferreras. Allí, con rigor y la delicadeza propia de sabios, se van a mostrar una serie de creaciones culinarias que son consecuencia de una saber gastronómico que se ha ido consolidando a lo largo de muchas generaciones y siglos.

Los platos recogerán una amplia gama de sabores, que representan el sentir de una tierra, que siempre ha sido pródiga en alimentos de calidad. En los menús jugarán no solo la calidad y categoría de los materiales a utilizar, sino también la propia historia de una tierra vieja, marcada por celebraciones populares que han conformado también un sentir culinario propio.

Zamora puede presumir de gastronomía, de sabores, de variedad. Hablar de un arroz a la zamorana es ya de por sí una lección y un recuerdo imborrable, difícil de olvidar. En este plato se aúnan costumbres y una forma de entender la vida, es como una página del sentir zamorano, con todas las matizaciones posibles.

En Semana Santa, nuestra fiesta más emblemática, se enmarca el «dos y pingada», una delicia que también tiene detrás toda una lección de cómo somos y de nuestra forma de entender la vida, de forma sencilla y natural.

Y qué decir de la repostería. En primera línea tenemos el rebojo zamorano, que nos define y nos dulcifica y volviendo otra vez a la Semana Santa nos encontramos con aceitadas y torrijas, verdadero deleite para el paladar.

Zamora llevará a la Rioja lo mejor de su cocina, la que más nos define, un lujo para los sentidos y un símbolo claro de cómo entendemos la vida por estas tierras largas y profundas, repletas de sabores.

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/