
POR AGUSTÍN DE LAS HERAS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE VALDEPIELAGOS (MADRID)
El tiempo pasa irremediablemente y las vidas transcurren.
Y no sólo en el camposanto actual sino en el suelo de nuestra iglesia están los restos de las vidas que fueron. Las de aquellos que nacieron, corretearon por las calles del pueblo, trabajaron duro de sol a sol para subsistir con sus familiares, que amaron, algunos fueron enviados lejos a morir en guerras en lugares que desconocían, otros se casaron, tuvieron hijos y al final, murieron. Y sus sentimientos sólo fueron de ellos y de los que los quisieron. Y doscientos años después ya nadie se acuerda de ellos. Y sabed que posiblemente fueron vuestros ancestros.
Preguntaba hace unas semanas a los que acudieron a la presentación de mi último libro que quién sabía el nombre de sus dos abuelas y sus dos abuelos. Esta pregunta no era muy difícil. Pero al preguntar por el nombre de las cuatro bisabuelas y cuatro bisabuelos, aquí, ya se dudaba o en mi caso, no lo sabía.
La conclusión es sencilla. Al cabo de tres o cuatro generaciones todos somos olvidados.
Por ello, un día de abril de 2025 traiga el nombre de aquellos que nacieron hace doscientos años. Y si os fijáis en los apellidos quizás los llevéis en los vuestros.
«En la Villa de Valdepiélagos, de forma solemne se bautiza, por el infrascripto cura propio de la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora y por el rito de nuestra Santa Madre iglesia… » así empiezan casi todas las anotaciones en el libro de bautismo.
Pues bien, vayámonos a 1825…
El 14 de junio de 1825 se bautiza a Margarita Teresa, que nació el día 10 a las nueve y media de la noche. Era hija de Manuel Vicente y María González, naturales de la villa. Sus abuelos paternos, Manuel Vicente natural de la misma y Juliana Antón, natural de Campoalbillo. Sus abuelos maternos, Manuel González y Estefana del Valle naturales de Valdepiélagos. Fue su madrina María Teresa Ramos.
Y según saco los datos del legajo parece que vuelven a nosotros esos nombres, esas vidas olvidadas.
El mismo día 14 de junio, en el mismo acto, se bautiza al niño Críspulo Juan que nació también el día 10 pero a las cuatro y media de la mañana. Era hijo de Eugenio González natural de Uceda y de Vicenta González natural de
Valdepiélagos. Sus abuelos paternos fueron Félix González de Prádena de Sepulveda y Heduvigis Martín nacida en Gandullas de Buitrago. Los abuelos maternos fueron Francisco González e Isabel del Valle naturales de Valdepiélagos.
El 26 de junio de 1825 bautizaron a Juan Marcelo nacido el día 23. Hijo de Isidro Ramos natural de Valdepiélagos y de Paula Rubio natural de Casa de Uceda. Sus abuelos paternos fueron, Isidoro natural de Ventosilla y Ana Martín natural de Valdemanco. Los abuelos maternos fueron Fermín y María Aijón naturales de Casa de Uceda.
El 12 de julio de 1825, hubo prisas en bautizar a una niña que nació el mismo día a las cuatro de la mañana, de nombre Juana María, hija de Juan de Frutos natural de Valdepiélagos y de Gabina Hervás natural de El Casar de Talamanca. Sus abuelos paternos fueron Andrés, natural de Pedrezuela y Ana Sanz, natural de Relaños, anejo de Lozoyuela. Los abuelos maternos fueron Manuel, natural de El Casar, y Rosa Horcajo, natural de Valdepeñas de la Sierra.
Y de aquí sacamos otro dato histórico de dos apellidos de Valdepiélagos. Los Frutos y los De las Heras, de Valdepíelagos, estaban emparentados con Pedrezuela. Y recientes hallazgos me hace matizar que no vienen de allí, sino que, estuvieron allí. Ya que los dos apellidos mencionados tienen raíces en Valdepiélagos en el siglo XVI.
El 23 de agosto de 1825 bautizaron a Juliana Paula, nacida el día 17 a las cinco de la mañana. Hija de Julián Gil y Obdulia Vicente vecinos de Valdepiélagos. Los abuelos paternos fueron Juan Gil natural de Torremocha y Josefa González nacida en Uceda. Los abuelos maternos, Juan Vicente, natural de la villa de El Vellón y Eleuteria Frutos de Valdepiélagos.
El 31 de agosto bautizaron a una niña que nació el día 28 a las diez de la noche y le pusieron de nombre Agustina Rosa. Como no, si naces el 28 agosto día de San Agustín pues llevas muchas papeletas de que te pongan Agustina, en este caso. Era hija de Manuel Espinosa natural de Talamanca y de Victoria Gil del lugar de Campoalbillo. Los abuelos paternos, Blas de Espinosa de Talamanca y de Simona Montalbo, natural de Morazarzal. Los abuelos maternos fueron Manuel Gil, natural de la villa de El Cubillo y Manuela Yebes natural de Campoalbillo.
El 4 de septiembre de 1825 bautizaron a Cándido Sandalio, que nació el día 3 a las seis de la tarde. Hijo de Joaquín Hernanz y de María García naturales de Valdepielágos. Los abuelos paternos, Frutos, natural de Vellosillo, en Segovia, y de Juliana López natural de Robledillo de la Jara. Los abuelos maternos, Valentín, de la villa de El Cubillo, e Isidra López, natural de Valdepiélagos.
El 22 de septiembre se bautizó a Mateo, nacido el día anterior, antes del amanecer. Su padre era Isidoro García, su madre, Juana Bonito, ambos de Valdepiélagos. Abuelos paternos, Tomás, nacido en Cerezo de Arriba, y Dionisia Gil, natural de Mesones. Abuelos maternos, Santiago y Josefa Frutos, naturales de Valdepiélagos.
El 10 de octubre de 1825 se bautizó a Francisco de Asís, nacido el día cuatro a las ocho de la noche. Hijo de Andrés González y Bonifacia Arribas, vecinos de la villa. Abuelos paternos, Francisco González e Isabel del Valle. Abuelos maternos, Juan de Arribas y Juliana González naturales todos de esta villa, menos Francisco que nació en Uceda.
Y el último bautizado en 1825 fue el 30 de octubre. Su nombre era Evaristo y había nacido el día 26 a las cuatro de la tarde. Hijo de Marcelo Rojo de Valdepiélagos y de María Cañas de Uceda. Sus abuelos paternos, Basilio, natural de El Cubillo, e Isidra Vicente de Valdepiélagos. Abuelos maternos Felipe y Manuela García, de Uceda.
Pero, aunque lo bautizaron el 5 de enero de 1826, en la noche del 30 al 31 de diciembre de 1825 nació una niña a la que pusieron el nombre de Paula Jacoba, hija de Florentino López natural de esta villa y de María Ramírez natural de Robledillo de la Jara. Abuelos paternos, Juan López y Aureliana Frutos de Valdepiélagos. Abuelos maternos, Francisco Ramírez y Paula Suárez naturales del mencionado Robledillo.
Así que en el año de 1825, año en que por primera vez se interpretó la novena sinfonía de Beethoven y juró su cargo como presidente de Estados Unidos John Quincy Adams. El año que también nació el político español Práxedes Mateo Sagasta, y el compositor Johann Strauss hijo, nacieron en la villa de Valdepiélagos, cuatro niñas y seis niños.
Nadie muere mientras no sea olvidado, y por ello, este cronista, velará por ello.