HACERSE EL MUERTO Y HACERSE EL VIVO

POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS).
Los manuales de guerra, en determinados momentos de una contienda, aconsejan al soldado «hacerse olvidar», hacerse el muerto para que el enemigo no se fije en él y lo olvide, que no huya por patas como recomiendan si un gorila nos persigue.
Los animales también practican eso de hacerse el muerto: la zarigüeya vacía sus intestinos y deja la lengua fuera para que su depredador pase de largo; hay tiburones que quedan panza arriba y saltamontes que extienden sus patas, desmadejados, para que las ranas los respeten. Los científicos lo llaman tanatosis o inmovilidad tónica.