
POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
En las revisiones de viejas carpetas, con documentación del Archivo de la Catedral, he podido leer numerosos pleitos, que Vicente Guijarro, paciente lector de numerosos legajos, fue leyendo, transcribiendo e imprimiendo su contenido.
Villanueva en este periodo, tenía los numerosos sacerdotes, pertenecientes a la Iglesia Parroquial de San Andrés, que se encontraba en obras; la iglesia de la Vera-Cruz; el convento de mojas dominicas de Santa Ana, fundado en 1540 por Fray Domingo de Valtanás, el convento de monjas de San Francisco, el convento de monjes basilios, que habían regido el santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, y que lo habían dejado para su traslado al convento, de la calle San Basilio, en 1618 y distintas capillas en la localidad y extramuros.
Este es resumido el texto: “ En Villanueva del Arzobispo, a veintisiete días del mes de marzo de mil seiscientos veinte y un año, D. Pedro López Palomeque, Beneficiado de la parroquial de esta villa, Vicario y Juez eclesiástico y su jurisdicción , el Ilmo. Sr. D. Baltasar de Moscoso y Sandoval, Cardenal de la Iglesia de Roma y Obispo de Jaén…, dijo: “que ha venido el Concejo. Justicia y Regimiento, sin licencia de su merced, ni de otra persona, que pretende sacar por la fuerza y violencia, un reloj, las armas, ruedas y demás aderezos que la iglesia tiene y posee en su campanario, diciendo que es suyo, D. Andrés de Moya, Regidor de esta villa. el día treinta y uno de enero de este año, acompañado por alguaciles y otras muchas personas, teniéndolo desarmado, en medio de la torre, y queriendo sacarlo de su aposento. Que el reloj es propio de la iglesia, habiéndolo gozado de tiempo inmemorial , y por no haber otro lugar en la villa más a propósito donde pueda estar y mejor se oiga y gocen todos los vecinos de la villa, por ser el lugar más alto.
Que se reciba información de lo ocurrido y se traigan los testigos que sepan de este caso.
Ate el licenciado Diego Martínez de Alcázar, se presenta el sacristán de dicha iglesia Alfonso Carretero que jura decir la verdad, que dijo: Que el domingo treinta y uno de enero, estando en su casa, D. Andrés de Moya, envió a Benito Sánchez alguacil, para que le diese las llaves de la iglesia para ver el reloj,se las dio y cuando vino y halló a D. Andrés, su hermano D. Francisco, D. Agustin de Noba, un herrero, dos alguaciles y otras muchas personas que tenían el reloj , sacado de la casilla donde solía estar, puesto en medio de la torre, queriéndoselo llevar, y que al llegar el Sr. Vicario el señor don Andrés con muchos juramentos y votos, palabras descompuestas diciendo que se lo había de llevar que era del Concejo; el Vicario mandó salir a todos y como no querían, indicó que so pena de excomunión mayor late sentencie.
Sabe este testigo que desde que se acuerda, hará veinte y dos años más o menos, el dicho reloj lo goza y tiene la iglesia, quieta y pacíficamente, y sabe que es el lugar más a propósito y donde mejor se puede oir, dijo ser de edad de treinta y dos años y no firmó por no saber, y lo hizo el Sr, Vicario. Se recibió juramento de Alonso Donoso Garrido, prometió decir verdad. Que el reloj de la Iglesia parroquial siempre ha estado en la dicha iglesia, que hace más de setenta años que este testigo lo recuerda, sin haber oído contradicción alguna. Que ha pagado la mitad de su salario y la otra mitad el Concejo. Que en el campanario, donde están las campanas, es el mejor lugar, más alto y donde mejor se puede oír . Firmó con su nombre-
Fernando Hueso de Villalta , jura decir verdad. Que habrás setenta y cinco años, poco más o menos, que la iglesia ha gozado del reloj quieta y pacíficamente, que es el mejor lugar y donde mejor se oye, firmó el Sr Vicario. Juan Díaz, juró por Dios, nuestro Señor y por una señal de cruz, decir verdad, cerrajero de esta villa, dijo, que estando en su casa, el domingo que contaron, D. Andrés de Moya que hacía de alcalde, con Francisco Donoso Covarrubias. Benito Sánchez y Francisco Rodríguez, los dos últimos alguaciles, el Sr, Alcalde mandó que llevase un martillo y se fuese con el,juntos subieron al campanario de esta villa, y por orden del Sr. Alcalde, desarmaron el reloj y lo sacaron de su casilla. Llegó el Sr. Vicario y dijo: Señores, ¿cómo se hace una cosa como esta sin licencia de esta iglesia y de quien la tiene a su cargo? Y a esto con mucho alboroto y juramentos de don Andrés de Moya… que lo tengo que llevar y hacer echarlo por esas almenas abajo. El señor Vicario dijo: sosieguese y reporte que no tiene razón y mandó que todos se fuesen de aquel lugar del campanario, D. Andrés dijo: No se vaya nadie, sino estense todos quedaos. El señor Vicario, so pena de excomunión mayor late sentencie y don Andrés y todos los demás se fueron.
Sabe el testigo que el reloj ha estado y está en la dicha iglesia y campanario, de treinta años que él reside en esta villa, y que el reloj no puede estas en otra parte mejor que aquí, Firmó el señor Vicario por no saber firmar él, que es de cuarenta y seis años poco más o menos. El señor Vicario recibió juramento del Licenciado Pedro de Valtanás Messía, presbítero, el cual juró según su Orden in verbo sacerdotis, prometió decir verdad. Que hace mes y medio poco más o menos oyó decir que D. Andrés de Moya, Regidor , que hacía oficio de Alcalde por enfermedad de Don Juan Telló Velázquez, que acompañado de otras muchas personas había hecho, lo que indica el Sr. Vicario.
En la documentación, aportada, no figura la resolución de este caso,aunque parece que no tuvo éxito el alcalde en llevarse el reloj de la torre de la iglesia El tema del reloj, se repitió en un nuevo enfrentamiento, en los primeros años de 1900, entre el Alcalde y el Párroco.
FUENTE: M.L.F