
POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
El Maestro Nacional de Ulea, Don Juan José Ripoll, gran amante de la naturaleza, y, por consiguiente, de los árboles y de las flores, hacía excursiones periódicas con los alumnos, con el fin de adentrarlos en el maravilloso mundo de los árboles, plantas y flores.
Dicha ilusión se vio reforzada cuando, un día 5 de enero de 1915, el Ministro de la Gobernación, Don José Sánchez Guerra, en nombre de Su Majestad el Rey Alfonso XIII– ver Gaceta nº 6 del día 6 de enero de 1915- emitió un Decreto Real para qué, en todos los municipios de España, se instaurara “La fiesta del árbol y de las flores”.
Reunido el pleno del Ayuntamiento de Ulea (Murcia), el día 19 de enero de 1915, bajo la presidencia del Alcalde, Don Francisco Tomás Ayala y, su Corporación Municipal, integrada por Don Francisco Miñano Miñano, Don Gabriel Martínez López, Don Julián Carrillo Garrido, Don Ramón Peñaranda Carrillo, Don Gumersindo Cascales Carrillo, Don Emilio Carrillo Valiente, Don Pablo Garrido Sandoval y Don Francisco Moreno Miñano; asistidos por el Secretario de la corporación Don Eduardo Peñaranda Chacón, quién dio lectura a dicho Decreto Real.
Tras las consideraciones oportunas, se declara obligatoria la celebración anual de “La Fiesta del Árbol y de las flores, en Ulea”, ordenando qué, previamente, se consulte al pueblo mediante un plebiscito.
Esta “movida” encontró a un gran valedor en el Maestro Nacional, Don Juan José Ripoll, gran enamorado de la naturaleza y, sobre todo, de los árboles y las flores, llegando a pregonar con orgullo que “las flores eran el ornamento natural del paraje de Ulea”.
Dicho maestro, que siguió ejerciendo su profesión en Ulea hasta su jubilación, fue el abanderado de los niños y, como consecuencia, de sus padres y miembros de la Corporación Municipal; para crear un ambiente proclive y, de tal manera, se instituyó, el día 14 de febrero de dicho año, “La Fiesta del Árbol y de las Flores, en Ulea”; onomástica que se vino celebrando, año tras año, hasta la década de 1930.
El Maestro, que instruyó a todos los uleanos en el arte de la floricultura, no solo a los alumnos, hizo de cada rincón, de Ulea, un verdadero jardín: los más importantes estaban ubicados en el Parque, la finca de la Condesa y la de Heredia Spínola y, sobre todos, los que cada vecino de Ulea, cuidaba con esmero, en patios aledaños a sus viviendas.
Los cultivos del Maestro Ripoll, llegaron a ilusionar a las autoridades regionales, hasta el punto de que eran obligadas las excursiones de centros escolares de la comarca, con el fin de recrear la vista y aprender las lecciones de floricultura del adelantado docente uleano.
Dicho Maestro, en una conferencia multitudinaria, evocó la figura del Ilustrado Francisco Ceferino del Villar quién, ya, en el año 1726 intercedió ante S. M. para que protegiera todos los jardines de la Región de Murcia.
En Ulea, D. Juan José Ripoll, fue un gran valedor del cultivo de árboles y flores, durante los primeros 35 años del siglo XX.