
POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

Tu apellido nos lo dice todo, pero tu alma grande y generosa acaba de darnos como ofrenda la entrega a nuestro Archivo Histórico de ese inmenso fondo de imágenes de décadas sobre la historia de estas tierras y de sus gentes. Esa historia viva y sin tapujos que tú recogías con ese calor y esa entrega que siempre has puesto cuando usabas la máquina.
Desde tu salida del Centro de Acogida a esas tierras del Sayago duro y tantas veces enigmático, tu experiencia en aquella cabaña de pastor abrió tu sensibilidad de adolescente a la vida que te esperaba, y supiste aprovechar aquella huida hacia adelante de la Europa que cerraba heridas desde la tierra empapada de sangre y de odio. Allí dejaste una parte de tu madurez y te encontraste contigo mismo cuando, en el regreso, fuiste capaz de arrancar de nuevo con esa dedicación al campo de la información gráfica a la que dedicaste miles y miles de horas de trabajo. Una actividad viva y permanente que guardas en ese archivo en el que, sin duda alguna, están recogidos no solo los escenarios sino los actores de la historia gráfica de más de medio siglo de la ciudad de esas 509 entidades de población con toda esa clase de encuentros oficiales, fiestas populares, desde el golpe maestro a la tragedia inesperada. Todo ese vivir diario fue recogido con fidelidad y encanto que convierte la noticia en una obra artística.
Jesús, tu figura y tu voz han sido una constante en las calles y plazas de nuestra capital y tus tomas han tenido ese golpe de lo familiar y cercano, bien desde lo alto de un escenario, como desde la escalera improvisada y oportuna para darle otro aire y efecto a la imagen siempre llena de emoción y atractivo. Gracias, Jesús, por tu amistad y ese noble gesto que las generaciones de estudiosos te agradecerán siempre y esas calles que tú paseaste durante muchos años nos recordaban siempre que tu apellido constituía todo un noble símbolo. Una vez más, gracias.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/