
POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA. CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)

Siendo sacerdote de Ulea, Don Juan Pay Pérez, con el cargo de teniente, se encontró, en el año 1723, en que tomó posesión, con unas disposiciones en forma de edicto enviados por Don Luis Belluga, Obispo de Cartagena- más tarde nombrado Cardenal.
Dichas comunicaciones fueron remitidas con anterioridad -a partir del año 1715- bien por emisarios o en sus visitas pastorales. Se supone que iban dirigidas a todas las parroquias de la diócesis.
Fueron muchas las recomendaciones que hacía, previniendo acerca de la corrupción de costumbres de la época. La vestimenta – sobre todo de las mujeres- los juegos, los baños, los bailes, el abuso de los usureros, la postura de las mujeres en los arroyos cuando estaban lavando, el peligro de la bebida, la irreligiósidad. Todas ellas las iré describiendo con palabras textuales de los edictos del obispo Belluga, a partir de 1715.
En la diócesis, que entonces era más extensa que ahora, impactó seriamente, pero en Ulea de forma especial ya que los accesos, tanto de entrada como de salida, eran penosos, no existía el puente y el río había que cruzarlo en barca, si no se quería transitar por la margen izquierda del río Segura hasta salir a la altura de la capellanía de Archena.
Las iré relatando de forma escalonada, tal como el Sr. Obispo las remitía a la parroquia de Ulea.
BAILES
El edicto en que se prohibían los bailes, decía así:
Se prohíben los bayles, que llaman minués y otros semejantes. Y los bayles generales, que se vsaban en algunos lugares, ya en lugares sagrados, ya en sus cercanías, ya en las plaças, calles o campos: y también los bayles en las casas particulares a puerta abierta, en que concurren gentes estrañas, hombres y mugeres; y de la misma forma los bayles en las muertes de los niños, ó recibimiento de la Santa Bula, que llaman velar.
BAÑOS Y LAVADEROS
La preocupación del Sr. Obispo por el aumento de la corrupción moral y sexual de su tiempo le llevó a pronunciarse de la forma siguiente: tenemos mandado, de que en los ríos o arroyos públicos no se pongan las mugeres a lavar dentro de los mismos arroyos, desnudas hasta los muslos, como lo hazen en algunos lugares, passando muy frecuentemente hombres, y aun de propósito, poniéndose a registrarlas. Ni tampoco muchachos, ni hombres (y mucho menos mugeres) de día, se pongan á bañarse en dichos lugares públicos, por donde passan mugeres y hombres, por las grandes indecencias que en esto se experimentan, y las ofensas de Dios que pueden ocasionarse… Y que el verano, de noche, aunque sean marido y muger, o hermano y hermana, no anden en cuerpo por las calles y de ninguna manera dadas las manos. Y exortamos a todos los padres de familia zelen mucho todo esto con sus mugeres e hijos, y no les permitan esta indecencia, de ponerse assí las vnas a labar y los otros a bañarse y no pocas vezes todo a un mismo tiempo.
¿CÓMO DORMIR LOS HERMANOS?
Prosigue con recomendación a los padres diciendo: no permitan que duerman en sus aposentos (de los padres) hijos, ni hijas, en llegando a los 6 ó 7 años; ni que hermanos con hermanas en llegando a esta edad duerman juntos, y mucho menos del todo desnudos, y aunque sean de un mismo sexo, procuren duerman también separados, porque todo ello está expuesto a muchas ofensas a Dios.
LOS JUEGOS Y REUNIONES
En sus referencia a los juegos dio unos curiosos consejos: los hombres y mugeres (no siendo tan propias, como muger, hermanas, hijas, ó mugeres ancianas) no jueguen juntos a los naypes, ni á otro ningún juego, por los graves inconvenientes y ofensas de Dios, que estamos informados que de ellos resultan que juegan en una misma mesa gente moza, hombres y mugeres juntos y lo que es más horroroso aún; Eclesiásticos.
En la misma misiva agregó: encargamos a los padres de familia zelen esto mucho, como también las frecuentes visitas, en que concurren hombres y mugeres, sin necesidad, ocasión de muchos males. Sin omitir de cercenar los vaníssimos gastos que se han introducido en las visitas, que destruyen las familias y traen muchas ofensas de Dios. Cuydando también mucho, y zelando en estas visitas, las juntas de criados y criadas, que ocasionan muchos males.
LOS USUREROS
El Sr. Obispo tenía una gran preocupación social y declaró ser VSURA qualquier genero de anticipación que debía pagarse, en seda, en granos de cereales, o barrilla, u otra qualquier especie a precio determinado, o al precio más baxo que tuviere en aquel tiempo, o al primer precio en que se vendiere la especie en el tiempo de cosecha. Por experimentarse en este vltimo medio que el primero que vende es algún pobre muy necesitado, para sacar su cosecha. Pero lo peor es que los mismos que prestan suelen adelantarse a introducir algún vendedor de pequeña cantidad de género a muy ínfimo precio, para cobrar a este sus empréstitos. Y en que assí mismo declaramos ser logro, no solo en la compra de trigo y cebada para revender, sino que en esta tierra lo es también la compra de panizo y centeno, por ser especies que los pobres vsan generalmente para su alimento, haziendo pan de ellas.
LAS FIESTAS DE GUARDAR
En el campo socialreligioso, tenemos mandado, en orden de la guarda de las Fiestas, que en ellas ninguno sea ossado trabajar, ni se tengan las tiendas abiertas, aunque sean de barberos; ni se pueda vender, ni comprar, en ellas, si no es aquellas en que se vende lo necesario para el mantenimiento diario y porque muchos no reputan, por trabajo, traer carretadas, o cargas de paja, de leña, de hierba para los animales, o conduzir granos de las haziendas, o a ellas; y otras cosas semejantes: Declaramos que todas estas faenas suponen el quebrantamiento del precepto. En este punto es tan grande la relaxación que ay en algunos pueblos, y el poco aprecio que se haze de este Precepto Divino, que los curas se quexan muy frecuentemente porque les aflige la dificultad que tienen para poner remedio ya que cada vno de los fieles se quiere hazer arbitro y juez en causa propia, alegando que tienen necesidad y así les dipense para poder trabajar, por lo que lo hazen por su propia autoridad sin pedir licencia a su cura, que es el que ha de examinar las causas, si son suficientes… Condenamos a cualquiera, que sin dicha licencia, por escrito, trabajare, o tuviera la tienda abierta, o vendiere, aunque sea a puerta cerrada… Y zelen de igual forma los hornos, y que no se cueza en ellos… Y se enfada y anatematiza… Y no bastando estas providencias, nos será preciso tomar la decisión de cerrar, absolutamente, la puerta para que en ningún tiempo se pueda trabajar los días festivos, aunque aya causa grave para ello.
LOS FORASTEROS
De los forasteros se fía poco y dice: cualquier peregrino, que transitase con mugeres diziendo que son propias, y lo mismo algunos soldados, y de la misma forma los que de nuevo viniesen a avecindarse, no siendo personas conocidas, les pidan sus fees de matrimonio y a los que no las traxeren o parecieren dudosas, los prendan, y a la muger la pongan en el interín de alguna casa de satisfacción; y nos den parte.
RECATO EN EL VESTIR
Baxo precepto formal de obediencia prohibimos todos los excesos en los trages y adornos. Conviene saber que todas las mugeres no vayan escotadas y cubran sus pechos y pecheras hasta el cuello. Los brazos, con las mangas de Ángel, deben ser cubiertos hasta el puño. Las vasquiñas cortas por delante, que cubran todos los baxos. Las colas que no excedan de dos a quatro dedos. Los petillos, y todo género de nimios afeytes y profanas composiciones en los tocados, trages y adornos, tanto en hombres como en mugeres guarden el decoro conveniente.
CONSEJO A LOS CLÉRIGOS
Las recomendaciones que se hacen a los Clérigos, tanto a los de mayores, como de menores órdenes, son de obligada obediencia. No deben llevar tacones de moda en los zapatos, ni hebilleras, ni el pelo largo a lo romano; y que siempre traygan su corona abierta y su hábito clerical talar, sin colas en los manteos, ni en las sotanas. No les será permitido andar de Abate de día, si no es en lugares muy cortos (pequeños), que no passen de cien vecinos, en los cuales siempre andarán con su cuello y alzacuello. Lo mismo para salir al campo de día: permitiéndoseles el que de noche traygan solo su cuello blanco y su sombrero, desterrando del todo las monteras. Todo esto lo cumplan en la conformidad que lo tenemos mandado. Procedemos a su castigo y a su licencia de decir Missa, por algún tiempo, al sacerdote que no anduviere en el trage con la modestia correspondiente a su estado y a los demás no les ascenderemos a sus Ordenes, y passaremos a todo lo demás que hubiere en derecho previniéndoles, y acordándoles, lo que el Santo Concilio de Trento, sobre el trage y honestidad de los clérigos, tiene ordenado; y mandado.
SABIOS CONSEJOS: CONCLUSION FINAL
Y concluye con unos sabios consejos: El seglar cansado, a las obligaciones de la familia e hijos, con su buena educación, enseñanza y crianza en el santo temor de Dios. El soltero, en huir de las ocasiones y peligros que a cada passo encontrará. Y todos a guardar la Santísima Ley del Señor, frecuentando los Santos Sacramentos, y todas las obras de virtud, apartándose de todos los peligros huyendo como de sus tres enemigos capitales que son los vicios de la sobervia, avaricia y lujuria que son las raizes de todos los demás pecados que entran en el alma. Deben apartarse, del torpe vicio de la lujuria, de cuantas ocasiones le puedan arrastrar a este fangoso vicio.
Mandamos a nuestros Arciprestes, Vicarios, Curas, Ecónomos y Tenientes, a vnos en defecto de otros, con precepto formal de obediencia, que esto no solo lo lean en los dos días primeros festivos, sino que en todos los años se le de lectura el primer Domingo de Adviento y primer Domingo de Cuaresma.
Con toda seguridad, D. Juan Pay Pérez, Sacerdote con el cargo de Teniente de la Parroquia de Ulea, difundiría estos Edictos, no solo en días señalados sino en cuantas ocasiones le fuera propicio, pues el Obispo Don Luis Belluga le agradeció la ilusión y el fervor que puso en la difusión de dichos Comunicados.