POR JOSÉ MARÍA FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Don Mendo Salazar y Bernáldez de Montiel, el original y simpático personaje protagonista de «La Venganza de Don Mendo», obra de Pedro Muñoz Seca, reflexionaba así un martes-13, prisionero en los calabozos del castillo de don Nuño: «¿Por qué me inspira este miedo extraordinario / esta cifra, ¡ay de mi!, del calendario?».

El martes -feria tercera en la «semana romana»- día dedicado a Marte, dios de la guerra, tiene tradición de peleas, de sangre, de desgracias… («En día de martes ni te cases ni te embarques», dice el refranero) y el trece (13) se asocia a batallas perdidas, a los asistentes a la Última Cena de Jesús (12 apóstoles y el Maestro) donde surgió un traidor (Judas)… Coincidir martes y trece,… mala cosa, mala cosa.

Nuestro martes y trece de hoy tiene otra connotación muy entrañable para PORTUGAL y para los devotos marianos de la VIRGEN DE FÁTIMA.

Lo cantábamos hace de esto muchos años: «El trece de mayo/ la Virgen María / bajó de los cielos / a Cova de Iría…»

Cúmplense hoy 97 años de las apariciones de la Virgen María a tres niños-pastores portugueses: Lucía de Jesús (1907-2005), Francisco (1908-1918) y Jacinta (1910-1920), estos dos últimos beatificados en el año 2000.

Sobre estas apariciones, supuestas o reales, se ha escrito mucho y frecuentemente con criterios poco exactos por no decir desafortunados. Nadie ni nada obliga a creer en las posibles apariciones marianas o de santos/santas; nadie ni nada impide aceptarlas como ciertas; cada cual debe ser consecuente con su conducta religiosa, respetando siempre el proceder de cada uno.- Mayo florido y hermoso. La Naturaleza nos regala alegría y nos ofrece paz; los humanos, hoy, sembramos tristezas, guerras y sangre. ¿No seremos capaces de aprender la lección de Fátima?.

En la foto: los niños de Fátima.