MOLINS
Jun 13 2014

POR ANTONIO LUIS GALIANO, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA

Iglesia de Molins / ALBERTO ARAGÓN
Iglesia de Molins / ALBERTO ARAGÓN

Cuántas veces nos hemos preguntado cómo se configuró el término municipal de Orihuela, y hemos insistido en qué forma se fueron anexionando distintos núcleos de población hasta dar lugar, a lo que fue hasta los años cincuenta del pasado siglo uno de los de mayor extensión de España. Hoy que algunos pretenden, incluso anticonstitucionalmente la independencia, la segregación o no sé qué, aludiendo falsedades históricas sin pararse a evaluar objetivamente en lo que puede derivar. Ello nos hace mirar hacia otros momentos, en que con menor envergadura, en vez de separaciones se habilitaban anexiones. Eso sí, con la aceptación de la «totalidad» del vecindario, que no mayoría, y asumiendo las posibles deudas dichos vecinos si las hubiera con anterioridad a la anexión.

Llegados a este punto, y en una distancia más próxima, nos situamos en el último cuarto del siglo XIX. Momento en el cual, el municipio de Molins se integró con todos los derechos y obligaciones a su vecino de Orihuela.

Según Pascual Madoz, allá por la primera mitad del citado siglo, Molins tenía 48 vecinos, lo que equivalía a 191 almas. Existían quince casas que conformaban la población, y otras 15, así como 20 barracas diseminadas por la huerta. Entre las primeras se encontraba el Ayuntamiento y la cárcel que se habían construido recientemente. Asimismo, disponía de una escuela a la que asistían treinta niños, y de una parroquia bajo la advocación del Ecce-Homo, que era ayuda de la del Salvador de Orihuela y que estaba atendida por un vicario de provisión real o del ordinario diocesano. Su término tenía 1.021 tahúllas aproximadamente, y en él se cultivaba trigo, maíz, cáñamo, lino, legumbres, hortalizas, naranjas y otros frutales, que eran regados a través de la acequia de Los Huertos. Había también algunos tejedores de lino, y el correo lo retiraban los vecinos en Orihuela. El capital del producto era de 527.000 reales, el imponible era 27.610 y la contribución que le correspondía era de 6.419 reales.

En 1882, contaba con 352 almas y tenía una riqueza de 19.575 pesetas. Dos años después, en la mañana del 14 de febrero, el obispo Victoriano Guisasola y Rodríguez giraba la visita pastoral a la parroquia, administrando el sacramento de la Confirmación.

El prelado, tras inspeccionar todas las dependencias de la misma, lo encontró todo en perfectas condiciones, salvo el mecanismo para descender y correr la cortina del tabernáculo, que debía repararse para que no ofreciera «dificultad y entorpecimiento».

Catorce meses después, el 14 de abril de 1885, el presidente de la Diputación Provincial de Alicante comunicaba al gobernador civil que el Ayuntamiento de Molins y «con la totalidad de todos los vecinos» había solicitado la supresión de dicho municipio y su agregación al de Orihuela, tras la incoación del expediente que exigía la Ley. Ante esta solicitud y considerando que este municipio nunca había tenido razón de ser por carecer de vida propia y de recursos para cubrir el presupuesto municipal, se acordó el 11 de abril de dicho año, a tenor del artículo 7 de la Ley Municipal, atender a lo solicitado, siendo efectiva la supresión y anexión a Orihuela a partir del 15 de junio de 1886, tras haber sido aprobada siete días antes la real orden del Ministerio de la Gobernación, sancionada por el Rey, y en su nombre por la Reina Regente.

Al llegar la inesperada noticia a la Corporación Municipal oriolana se creó una Comisión formada por Tomás Bueno, Francisco Sarget y Miguel Botella. En la notificación quedaba bien claro que los vecinos de Molins serían los responsables de las deudas pendientes con la Hacienda Pública, la Provincia o los particulares. A partir de ese momento, al Ayuntamiento de Orihuela se le empiezan a plantear algunos problemas con la agregación, sobre todo a nivel de la instrucción pública y de tipo presupuestario. El 30 de abril de 1885, el maestro de Molins Manuel Martí Peydró presentaba una instancia solicitando alguna cantidad para efectuar reformas en el local de su escuela e incrementar el material, ante la posibilidad de aumento de niños debido a la proximidad de su establecimiento docente a los núcleos vecinos. El 28 de mayo de dicho año se le concedía una subvención de 200 pesetas anuales. Por otro lado los maestros habían adquirido el compromiso de no solo atender a los niños de «aquel corto vecindario», sino también a los de las partidas rurales lindantes a Molins. Sin embargo, ello no les suponía un incremento en su salario por ser escuelas «incompletas», y al darse la circunstancia de que existía gran diferencia de sueldo entre aquellos maestros que regentaban este tipo de establecimiento con las consideradas como «rurales», las escuelas de Molins fueron declaradas como tales.

El segundo problema que se le planteaba a la Corporación oriolana era de tipo económico, estando referido al presupuesto que presentó el pedáneo de Molins el 17 de diciembre de 1885. A fin de estudiarlo se creó otra Comisión formada por los concejales Pastor y Mesples, que a finales de marzo del año siguiente, todavía lo estaban estudiando. A su vez surge otra contrariedad de este tipo, debido al recaudador Eduardo Bernabeu, que a fin de cubrir el déficit municipal había recogido entre los vecinos 73,75 pesetas. Cantidad ésta con la que efectuó varios pagos sin tener atribuciones para ello, lo que motivó que el alcalde al considerar que se había extralimitado en sus funciones, se le exigió el reintegro del dinero, y en el caso de insolvencia se pasaría a los tribunales.

Así, llegamos hasta el 15 de junio de 1886 en que oficialmente la población de Molins quedaba anexionada a Orihuela, aclarándosenos unas de las dudas que teníamos sobre la configuración de nuestro término municipal.

Fuente: http://www.laverdad.es/

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