
POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

El pasado día 8 se celebró en la vecina villa de Montamarta un acto cultural de primerísima categoría, la presentación de su historia y documentación, obra de don Mariano Monsalve González, al que acompañaban Florián Ferrero, exdirector del Archivo Histórico, y José Carlos de Lera, director del Archivo Diocesano. Para ambos tuvo el autor frases de destacado agradecimiento por la ayuda prestada a todo lo largo de su investigación sin olvidar por supuesto los archivos nacionales.
La obra comprende 535 páginas divididas en cinco apartados que incluyen en cada uno de ellos la geografía de su territorio y la historia de la villa, etnografía, el Zangarrón, la iglesia de Montamarta y el monasterio de Nuestra Señora.
En cada una de estas partes, el autor hace un exhaustivo trabajo de investigación, sin dejar atrás ninguno de los aspectos o detalles que comprende, aquí se deduce fácilmente el volumen del trabajo, a la vez que la exquisita minuciosidad con que ha tratado todos los aspectos y detalles. Es fácil entender que un asentamiento humano en una vía en la que su historia se cuenta por milenios ofrece al investigador tal cantidad de material y posibilidades que obliga a este, como nos lo ha demostrado en este caso concreto Mariano Monsalve, a un trabajo y una dedicación de años, lo que nos permite disfrutar en el silencio y dedicación simplemente a la lectura de calar tan hondo en la historia de un pueblo, que nos arrastra a sentirnos unidos y vinculados a él.
La figura del Zangarrón es una referencia que le acompaña desde su infancia y define como algo mágico, misterioso y expectante, que nos encontramos en lugares y momentos muy difíciles de entender. Su historia como todas se ha escrito a lo largo de los caminos.
En cuanto a la iglesia, su historia e importancia es tan claramente definida en la investigación realizada por Mariano. La de San Miguel queda datada nada menos que en 1182, reinado de Alfonso X el Sabio y la de Santa María del Castillo en 1426, ya del reinado de Juan II, la primera dentro del románico y la segunda del gótico y junto a ellas nos hace entrega de esas ermitas todas ellas desaparecidas: La Cruz, San Sebastián, San Martín, Nuestra Señora de Monreal y la de San Julián, junto a las correspondientes cofradías y para que nada se escapar el monasterio de los Jerónimos y por último el estudio de esa toponimia menor que constituye toda una revelación.
Hoy podemos precisar con todo rigor que es uno de los trabajos más completos que se hayan hecho sobre una villa, pueblo o lugar en nuestra provincia.
Enhorabuena, señor Monsalve González.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/