POR CARMEN RUIZ-TILVE. CRONISTA OFICIAL DE OVIEDO
Oviedo da para mucho, y un Oviedo es el de la ópera, cuya recuperada temporada lleva ya 66 años, según mis cuentas. En 1997 el incombustible e inolvidable Arturo Álvarez-Buylla publicó un libro, que gana con el tiempo, sobre una tertulia operística, Los Puritanos, de la que él fue miembro activo. Arturo, como muchos Puritanos, ya no está entre nosotros, por eso que se llama ley de vida y es más ley de muerte.
La tertulia Los Puritanos tuvo como sede principal uno de los locales de Yuppi, el de la calle 19 de julio, que tampoco está ya. Allí, su propietario, otro ovetense de pro, Pachín Rovés, preparó un local confortable y expresivo, que se fue llenando de recuerdos entre lo que no era lo de menos la galería de bustos que salieron de la mano de artista de Gerardo Lombardero. Muchos ovetenses amantes de la ópera quedaron allí retratados, y es el caso que ahora, desaparecido Yuppi, muchos de los recuerdos que allí vivían desaparecieron precipitadamente y los bustos se salvaron de una muerte injusta gracias al tesón de Jaime Álvarez-Buylla, otro puritano y melómano ejerciente.
Quieren servir estos renglones de recuerdo de Los Puritanos que faltan, de los que prolongan su tertulia como pueden, de Pachín Rovés por su generosa hospitalidad de años, de Jaime Álvarez-Buylla por su ovetensismo a la hora de salvar lo que pudo. Lo que se salvó tendría oportuno lugar en ese museo de la ciudad que ya ni pido, aunque no tengo perdida la esperanza. En ese museo de la ciudad cabrían muy bien, entre otras muchas cosas del Oviedo cotidiano, que no deben perderse.
Fuente: http://www.lne.es/