POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA (ALICANTE).
En el año 2011, el Parque Natural de las Lagunas de la Mata y Torrevieja produjo en sus viñedos una uva de excelente calidad para la producción de vino, considerados entonces como un elemento clave para la dinamización económica y la generación de empleo en este espacio protegido. En ese año había en el parque natural 74 hectáreas destinadas a cultivar viñas, que dieron lugar a una uva de calidad, dulce, de poco tamaño. Estas viñas no solamente se cultivaron mediante procedimientos respetuosos con el medio ambiente, sino que empezaron a funcionar como un refugio de la biodiversidad de especies de avifauna del parque.
La «Bodega Bernabé y Navarro» volvió a reinterpretar la elaboración artesanal de los caldos que se elaboraban en el Parque Natural, volviendo a recrear su proyecto de un vino totalmente natural, blanco, sin sulfitos -un conservante propio de la elaboración de vinos-, dejando parte de las pieles y el raspón, que de siempre ha caracterizado a los vinos materos, aunque con un contenido en alcohol menor, sin rebasar los 14 grados, consiguiendo una nueva cosecha de «La Viña de Simón» y «El Carro», resultado del reposó del vino en tinajas de arcilla pasando luego a barricas de roble francés, no superando la producción los mil litros de vino que reflejaron agradables matices de la salinidad del paraje, no siendo un moscatel al uso, con una gran personalidad; en boca una buena acidez, consiguiendo un vino seco con una textura cremosa en su desarrollo, muy fresco y con un punto amargoso final muy rico e intenso.
En 2012, con motivo de la celebración del «Día Mundial de los Humedales», que en esta ocasión trataba de vincular el ‘Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja con el turismo, la arquitecta María Victoria Bernicola presentó la propuesta bautizada como «Bailando entre viñedos», un proyecto basado en arquitectura integrada en el medio natural que apostaba por la dinamización del enoturismo en el Parque Natural. La iniciativa pretendía, mediante la regeneración paisajística, fomentar el desarrollo económico de la zona a partir del turismo y potenciar la producción y comercialización del vino de La Mata. Preveía que se habilitaran rutas e itinerarios para que la población del entorno del parque natural pudiera conocer sus paisajes. El proyecto abogaba por que se conectara la zona de viñas de La Mata con la playa mediante una ruta para peatones y ciclistas que fomentaran el turismo ambiental en este espacio protegido. Según su propuesta, el itinerario discurriría en paralelo al canal que en su día fue construido en su para llenar la laguna de La Mata e incluiría una zona peatonal a su paso por la carretera N-332. En este apartado, se incluía la adecuación de los caminos rurales del área de viñedos. Dentro de estas jornadas, los asistentes pudieron conocer sobre el terreno el entorno vitivinícola de este espacio participando en la «Ruta del Vino», los visitantes tuvieron la oportunidad de conocer de la mano de expertos la biodiversidad, las particularidades del cultivo y el proceso artesanal de obtención del vino de esta tierra.
La segunda de las conferencias estuvo a cargo del técnico de calidad del Área de evaluación y Sistemas de Calidad de Vaersa, Peio Ondarzabal Aizpurua, quien presentó el proyecto «Marca Parques Naturales de la Comunidad Valenciana»; una herramienta impulsada por la Generalitat que perseguía el objetivo de la dinamización socioeconómica pretendiendo agrupar los distintos productos que se producían en el marco de estas zonas, como podía ser el vino de La Mata, para comercializarlos bajo una misma marca con garantía de calidad.
Los factores de la producción del año anterior hicieron que la «Bodega Bernabé y Navarro» lograra en 2012 lo que hasta entonces sonaba a ciencia ficción: tres mil botellas de vino artesanal de La Mata. Esta bodega reinterpretó la elaboración más artesanal de los caldos de La Mata realizando un vino totalmente natural, blanco, sin sulfitos -un conservante propio de la elaboración de vinos-, dejando parte de las pieles y el raspón, que caracteriza de siempre a los vinos materos, aunque con un contenido en alcohol menor, sin rebasar los 14 grados. El resultado reposó en tinajas de arcilla y toda la producción fue comercializada a través de la distribuidora «José Pastor Selections» para el mercado norteamericano a un precio asimilable a su calidad, en torno a 30 dólares la botella. Por aquellos años también se desplazó hasta La Mata una comisión de empresarios chinos interesados en importar a Asia algún contingente de vino salinero.
En 2013, el bodeguero Rafael Bernabé Aguilar recogió ocho mil kilos en un par de semanas; los justos para elaborar cinco mil botellas de vino en cuatro variedades que incluyeron por primera vez un espumoso con las uvas de La Mata, haciéndolo de forma artesanal, prescindiendo de procesos químicos que no fueran naturales. La elección de viñedos sin pesticidas, el empleo de levaduras naturales presentes en la piel de la uva y algunas elaboraciones con fermentación en tinajas de barro fueron pautas de su forma de elaborar los caldos y de entender el vino, siempre con la moscatel y la merseguera autóctona de La Mata. Ese mismo año, «Bodegas Bernabé y Navarro» comenzaron a elaborar el vino «Acequión», espumoso de crianza elaborado con uva moscatel de Alejandría, esta vez de un viñedo de moscatel muy viejo. Seis meses en botella con sus lías. Muy cerrado de inicio, reducido y callado. Dándole tiempo y se pone floral y algo calizo. En boca encontramos de nuevo una burbuja fina y perfectamente integrada. Muy seco y con cierto carácter «tizoso».