COMUNICADOS DEL MÁS ALLÁ POR NICOMEDES

POR OSCAR GONZÁLEZ AZUELA, CRONISTA OFICIAL DE LAGOS DE MORENO (MÉXICO).

DE: JUÁREZ

A: ADÁN AUGUSTO LÓPEZ

Señor mío, el pasado día dieciocho supe que, como encargado del ministerio de gobernación, dio usted un mensaje en torno a mi aniversario luctuoso; por cumplirse 150 años, creí que irían a visitarme al Panteón de san Fernando en donde reposo, pero creo que el otro señor López no quiso salir de su palacio y lo entiendo, la misma costumbre me sucedió y no pudieron sacarme sino en mi propio ataúd, que espero no sea el caso…

Supe que al recinto dedicado a mi memoria a alguien se le ocurrió de manera desafortunada poner placa con una de mis frases: «Prefiero que me juzguen, no por mis dichos sino por mis hechos», allá ustedes, solamente recuerden que está a unos metros de “La casa del jabonero”, que es en lo que se han convertido «Las Mañaneras».

Enterado estoy del mensaje que pronunció usted en dicha ceremonia en el que hace algunas aseveraciones sobre las que quiero hacerle las siguientes aclaraciones que espero no le incomoden:

Para dejar de hablar de la historia de bronce, hay que omitir ya la historia del indito zapoteca huérfano que padeció discriminación por indio y por feo y que llegó a la presidencia; cualquiera puede hacerlo, hasta usted, y que conste que no le dije indio; tampoco debería andarse refiriendo a aquel que fue un dictador megalómano, apellidado también López -de Santa Anna-, porque a alguien le podía quedar la levita con todo y bombín.

Le aclaro que yo no estuve exiliado en Cuba, sino que me bajé del barco en que me expulsaban de México, para escapar de inmediato con rumbo a Nueva Orleans, pero si era por quedar bien con algún embajador presente, digamos que se le entiende; y si se va a referir a historias de traiciones y servilismos no necesita tomarme de referencia, tiene una fresquecita más cercana a usted.

Si bien se dio la Primera Transformación de México en el Movimiento de Independencia a través de leyes, cambios sociales y balazos; impulsé yo La Reforma que fue la Segunda Transformación, echando mano de los mismos medios; cuarenta años después de mi muerte llegó la Tercera con la Revolución Mexicana que nos legó nuestra actual Constitución Política, pero su llamada Cuarta Transformación no la veo por ningún lado, a menos que le estén inaugurando en su primera etapa, como lo hicieron en Dos Bocas.

Le aconsejo dejar de andar asegurando que el legado que encabeza su López habrá de soportar las nieves del tiempo y que será indestructible; nada lo es, puede usted comprobarlo en la selva maya, cerca de donde se mecía su hamaca y remaba en cayuco.

Por último, ya solamente recuerdo que Maximiliano me pidió conferenciar para ofrecerme una chambita de acuerdo con mis luces, lo mismo que se hace hoy con quienes se les ponen a modo; le pido lea a su López esta parte de mi respuesta:

“Es cierto, señor, que la Historia contemporánea registra el nombre de grandes traidores que han violado sus juramentos y sus promesas; que han faltado a su propio partido, a sus antecedentes y a todo lo que hay de sagrado para el hombre honrado; que en estas traiciones, el traidor ha sido guiado por una torpe ambición de mando y un vil deseo de satisfacer sus propias pasiones y aun sus mismos vicios.”

“…es dado al hombre, señor, atacar los derechos ajenos, apoderarse de sus bienes, atentar contra la vida de los que defienden su nacionalidad, hacer de sus virtudes un crimen y de los vicios propios una virtud.

“Pero hay una cosa que está fuera del alcance de la perversidad, y es el fallo tremendo de la Historia. Ella nos juzgará”.

Sepa que pronto les toca…

B. Juárez

https://www.facebook.com/oscar.gonzalezazuela

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