LES HISTORIES DE FIDALGO – LUCES , FAROLAS…Y ENERGIA.-

POR POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Cuando yo era joven -ya llovió – estaban muy de actualidad algunos cantares que , en cierta medida, aunaban los conceptos de amor y oscuridad o penumbra.

Uno , muy asturiano, explicaba que

…Noche tranquila y serena

no es buena para rondar ;

porque los enamorados

buscan más la oscuridad…»

Y otro, muy andaluz, creo que interpretado por «Los churumbeles de E·spaña» , pedía este favor al encargado del alumbrado público:

«… Farolero, tu que vas

un poquiyo alumbrao,

déjame este farol apagao.

Que en cositas del querer

casi siempre ha pasado

que la luz de un farol

ha estorbao…»

Verán ustedes. Esto del «alumbrado público» surge en España en tiempo de Felipe V (año de 1717) para evitar que , en protección de oscuridad, se cometieran delitos de robos, homicidios, violaciones, peleas… en las calles de las ciudades. Por ley, cada vecino era obligado a encender en la fachada de sus casas un determinado número de faroles que alumbraran las calles durante la noche.

Durante el reinado de Carlos III , año de 1765, una real orden exime a los vecinos de las ciudades de tal obligación y se dispone la creación de un alumbrado público, a costa de la Administración, instaurando el oficio de FAROLERO , personaje encargado de encender y apagar los faroles a determinadas horas de la noche y de la madrugada.

Este oficio «institucional» desapareció en 1930 , prácticamente el último año de la monarquía de don Alfonso XIII , al instalarse farolas con ALUMBRADO ELÉCTRICO cuyo encendido y apagado se realizaba , sencillamente, accionando un interruptor.

Hoy , esa operación, es automatizada mediante memoria de ordenador.

(Entre paréntesis les contaré que en los pueblos y villas pequeñas ese alumbrado público se basaba en tristes y pobres BOMBILLAS DE INCANDESCENCIA , objetivo de «caza y de puntería» para los rapaces que querían demostrar su habilidad con el «gomeru», «tiragomes», o como lo quieran llamar)

En las ciudades de «mayor valía» se presumía de FAROLAS TIPO… GIJON; OVIEDO ; MADRID, etc, etc. . En muchas de ellas, se apreciaban verdaderas obras de arte.

Y , claro, como siempre pasó y pasará… los novios «a buscar la oscuridad»

Bueno, bueno, bueno…

Pues cuando ahora, años «veinte» del siglo «ventiuno» , la modernidad nos llenó de luces variopintas, de lámparas led de bajo consumo, de despilfarro luminoso y colorista…esas misma modernidad nos advierta que la ENERGÍA ELÉCTRICA ES CARA, que el AHORRO ENERGÉTICO es necesario porque su fuente primaria es el GAS RUSO, ARGELINO y de PERENDI P´ALLÁ.

¡Vaya! , que nuestro carbón es insuficiente, que nuestras térmicas se han casi destruido, que nuestras nucleares son obsoletas y que como no llueve nuestras hidroeléctricas están en mínimos.

¡HAY QUE AHORRAR ENERGÍA! .- Y todos, dicen nuestros gobernantes, debemos arrimar el hombro con ese fin.

Hay que limitar los baremos de consumo en calefacciones, aire acondicionado,, alumbrado doméstico y comercial-publicitario, alumbrado público festivo y alumbrado público de calles, plazas y locales de la Administración…

¡VIVAN NUESTRAS FAROLAS! , gritaremos los gijoneses, los ovetenses, los avilesinos… y hasta los colungueses.

¡APAGUEN LAS FAROLAS! , exclamarán los novios y enamorados en «les romeríes de prau» y en los paseos de las ciudades.

Y los «mayores», por no decir «vieyos» ; los que disfrutamos con las aventuras de La Venganza de don Mendo, pues «a cazar aves con lumbre». Ya sabéis vos cómo es :

«…En la noche más cerrada

se toma un farol de hierro

que tenga la luz tapada;

se coge una vieja espada,

una esquila y un cencerro

al fin de que al avanzar

el cazador importuno,

las aves oigan sonar

la esquila, y puedan pensar

que es un animal vacuno.

Y en medio de la penumbra

cuando al cabo se columbra

que está cerca el verderol,

se alumbra, se le deslumbra,

con la lumbre del farol.

Queda el ave temblorosa,

cautelosa , recelosa,

y entonces sin embarazo,

se le atiza un estacazo,

se la mata, y a otra cosa…»

Pues nada, más. Mozos y mozas,..¡a ahorrar energía en la oscuridad !. Sin olvidar que un beso de amor apasionado consume unas 12 kcal por cada minuto de duración.-

FUENTE: https://www.facebook.com/LesHistoriesdeFidalgo/

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